Visión financiera/Georgina Howard
ncapaces de organizar una elección interna y tener un padrón de militantes, Morena no sabe ponerse en orden. El intento por renovar la dirigencia del partido en el poder es un regadero de tepache. Por eso, el Tribunal Federal Electoral, en un principio, intervino al pedir al INE tres encuestas abiertas para decidir lo que los morenistas no pueden.
Misión imposible. Los apetitos de poder en el partido del poder huelen la elección presidencial de 2024 antes que la federal de 2021 y se dan con todo.
Financiamiento a campañas en medios y redes sin norma ni regla, inequidad en los criterios para hacer encuestas, reglas opacas y candidatos mañosos retuercen las cosas.
Entonces, de repente, el TRIFE cambia la señal. Anula y suspende las encuestas que estaban a medio camino y provoca la furia de los suspirantes, quienes acusan complot detrás de la resolución que dará paso a la prolongación del mandato interino de Alfonso Ramírez Cuellar hasta el segundo semestre del año próximo, después de las elecciones federales intermedias.
Brinca una sentencia atípica e incongruente. Los siete magistrados electorales se enredan para explicar como es que lo ordenado por ellos siempre no sirve.
¿Dónde quedó el método que habían impuesto? ¿Quién les dijo que siempre no? ¿A poco Palacio Nacional necesita que nada cambie, por ahora, para alejar las tentaciones de Mario Delgado, candidato afín a Marcelo Ebrard, o del intenso Muñoz Ledo o de Yeidckol, todos, adversos al proyecto político de la consentida Claudia Sheinbaum?
Vamos a ver si los aspirantes frustrados se atreven a revelar el nombre del hombre que mece la cuna.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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