Se estrellan avión y helicóptero sobre el río Potomac en Washington
CANCÚN, QRoo, 18 de abril de 2022.- “El 21 de marzo, salí de mi casa para fumar. Cayó un proyectil. Perdí mi brazo”. Vladimir Lignov, de 71 años, encarna el trágico destino de los ancianos ucranianos, víctimas invisibles de la guerra que asola su país.
El hombre, un antiguo conductor de tren, camina lentamente en el pasillo de un centro de acogida en Dnipró, una ciudad del centro de Ucrania que se convirtió en uno de los principales centros humanitarios del país.
Como la historia de Vladimir Lignov hay muchas más. “Lo más difícil, son los que pasaron mucho tiempo en sótanos”, donde han llegado 84 jubilados. “Muchos se quedaron completamente solos. Antes de la guerra, los ayudábamos, pero ahora, fueron abandonados a su suerte”, dice.
Los ancianos muchas veces “son olvidados, muy vulnerables”, durante los conflictos, confirma Federico Dessi, director para Ucrania de la ONG Handicap International, que ofrece equipos y ayuda financiera al centro de Dnipró.
Generalmente “aislados del resto de su familia” e “incapaces de usar un teléfono o de comunicar”, están particularmente “desamparados” por las incertidumbres de la guerra, subraya.
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Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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