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Congruencia y coherencia política
No se le puede regatear a AMLO su voluntad de incrementar el poder adquisitivo del salario mínimo y de no deteriorar más el resto de los ingresos de los trabajadores. La disposición de iniciar la recuperación gradual del poder adquisitivo del salario mínimo dispuso de un monto independiente de recuperación que a partir del 2017 fue el encargado de actualizar gradualmente la recuperación del salario mínimo que perdió más del 70 por ciento de su capacidad de compra desde que se implementó el castigo a los salarios (años ochenta) como eje clave de la estrategia anti inflacionaria en México.
La voluntad de mantener un factor especial de recuperación fue impulsada también por los patrones y por la administración de Miguel Ángel Mancera quien como Jefe del Gobierno de la Ciudad de México fue el primero que se puso al frente de la demanda de actualizar los salarios y abandonarlos como eje de las políticas anti-inflacionarias.
Desde el salario mínimo del 2018 ($88.36) al de 2022 ($172.87) el crecimiento salarial es de, números gruesos, 95 por ciento pero la existencia de una inflación de 7.3 por ciento en 2021 y probablemente una de 8.5 por ciento en 2022 dará un golpe contundente en contra de lo que hasta la fecha se ha conseguido en la materia. La estrategia anti inflacionaria implementada por el gobierno de la 4ta.
Transformación resulta tan necesaria como muy probablemente insuficiente en su alcance.
En primera porque se centra en 24 de los 40 productos integrantes de la canasta básica y porque además no hay forma de garantizar que ni siquiera los 24 productos elegidos puedan no moverse (ya no digamos bajar de su precio) en los siguientes seis meses. La estrategia se implementó tarde y con brazos insuficientes.
Debió incorporarse como una inquietud más generalizada en donde los sacrificios fueran más extendidos y equitativamente planteados.
No es posible pensar en que los precios en México pueden moverse en menor grado cuando la carga de la presión inflacionaria que enfrentan tiene un componente global tan prominente.
El maíz blanco ha incrementado de 155 dólares. tonelada a 334 al mes de marzo del presente año lo que significa que ha avanzado 115 por ciento; el trigo paso de 200 dólares. antes de la pandemia a 445 dólares. el mes de marzo, lo que significa que ha variado 122 por ciento. El sorgo paso de 164 dólares toneladas. A 354 dólares al final del primer trimestre de este año, lo que representa 115 por ciento de aumento. El frijol pasó de 1800 dólares. en 2020 hasta los 2 mil 658 dólares en algunas variedades, lo que significa un aumento de casi 50 por ciento. La soya pasó de 315 dólares a 663 entre 2020 y 2022, lo que es un incremento de 110 por ciento.
México no puede ser la isla en donde los productos básicos no aumentan solo porque aquí hay un gobierno que procura que el poder adquisitivo de las familias pobres no sea afectado por el fenómeno de la carestía mundial.
Y el asunto se complica si reconocemos que el conflicto armado entre Rusia y Ucrania no tiene para cuando parar. Los fertilizantes han aumentado más de 300 por ciento. En México durante la pandemia usted podía conseguir un bulto de 50 kilogramos de urea a menos de 400 pesos y ahora está por encima de los mil pesos. Para un particular que desea fertilizar unas macetas y quizá 30 metros de área pastada el tema no tiene tintes dramáticos pero para quien desea fertilizar una o dos hectáreas el tema ya es otro.
Se regalaran los fertilizantes a productores de algunos básicos pero no por eso van a bajar los precios de los productos nacionales porque los productores jugarán a su favor la ventaja y no darán descuentos en sus cosechas porque se les obsequió el fertilizantes. Y no porque estos serán regalados para el agricultor en nueve estados dejarán de pagarse a quienes se los compremos y eso de los gratuito entrecomíllelo porque esa cuenta la acabaremos pagando los contribuyentes cuando las cuentas nacionales no nos salgan y hacia el segundo semestre se tenga que pensar en un ajuste al presupuesto porque el sacrificio fiscal es ya enorme, enooooorme.
No habrá tregua, desafortunadamente. Los precios seguirán incrementando y el esfuerzo por recomponer el poder adquisitivo del salario mínimo habrá recibido un segundo golpazo por segundo año consecutivo.
En una lista de 42 naciones en cuanto a comportamiento del PIB per cápita entre el cuarto trimestre del 2018 al cuarto trimestre del 2021 México presenta, en el último lugar del listado, un retroceso de 7 por ciento, es decir, -7 por ciento mientras que Colombia tiene un positivo del mismo valor, es decir, de +7 por ciento. Algo no hemos hecho bien, evidentemente.
Lo único que esperemos no suceda es que luego del ajuste presupuestal que ya se puede ver como necesario hacia finales del presente año tengamos una presión en el tipo de cambio porque habría elementos como para pensar que tendremos un cierre de año como aquellos que ya vivimos en los que un nuevo gobierno llega vestido de bombero a apagar los incendios que dejó prendidos el gobierno saliente.
Paso.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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