Visión Financiera
* Las 111 mil millones de razones
Seis mil millones de dólares se escuchan muchos, pero 111 mil millones de pesos se escuchan muchísimos más. Y en realidad son muchos tanto pesos mexicanos, como dólares norteamericanos. De ese alcance será la compra de 13 plantas de Iberdrola por el Gobierno Federal Mexicano.
Sí. Eso tendrá que pagar el Gobierno de México. Iberdrola ya genera electricidad que luego vende en exclusiva a la CFE. El trato, sorpresivo, recuerda que “más vale un mal arreglo que un buen pleito.”
Si fueran personas, los ciento once mil millones de pesos pudieran ocupar un millón 305 mil 882 Estadios Azteca al tope. Mejor hablar en dólares porque en este ejemplo solo requeriríamos 70 mil 588 Estadios Azteca.
El asunto plantea varios enigmas.
Más allá de este ocioso ejemplo, de dónde y a que costo se obtuvo o se obtendrá el dinero para pagarle a Iberdrola sus 13 plantas de ciclo combinado. Y cómo las va a operar la CFE. Y como para cuando serán de la CFE legalmente hablando.
Por lo pronto el trato, además de sus complicaciones legales, representará un compromiso del Gobierno por un dineral que tendrá que captarse o se captó entre inversionistas para que luego el Gobierno actual y el que siga y posiblemente el que siga al que siga, tendrá que pagar hasta concluir los compromisos de deuda.
La otra interrogante refiere a cómo se van a operar por la CFE. Como acostumbra la empresa productiva del Estado o como la opera aún Iberdrola.
Si continúan como hasta ahora trabajan sería idílico que su forma de operar contagiara al resto de las plantas de ciclo combinado que opera directamente como propietario la Comisión Federal de Electricidad cosa que suponemos no va a suceder.
Lo que nos señala lo anterior es que las 13 plantas correrán un riesgo operativo en el momento en que el propietario real sea el comprador.
En todo caso, pasemos a otro terreno. Valdría recordar que el auténtico propietario de las plantas no será el Gobierno de México, pues aunque el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) se ha mencionado como parte de la operación de compra, en el detalle de la transacción intervendría Mexico Infraestructure Partners, (MIP) de ahora en adelante, una administradora (privada) especializada en el sector de Infraestructura y energía con presencia en México, Colombia y Perú.
No se sabe si esta empresa ya obtuvo el recurso o habrá de acudirse al mercado nacional e internacional para captar los casi seis mil millones de dólares en que se valora inicialmente esta transacción.
Lo cierto es que digamos que la compra no será o fue realizada “en cash” y como no será el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador quien pague un dinero que ahora no tiene y tampoco desea incrementar la deuda del Gobierno en esa magnitud, el recurso requerido no será considerado deuda del gobierno aunque si la garantizará por lo que estaremos ante una deuda fuera de balance. Recordemos que eso se hizo con el rescate bancario mexicano. Esa deuda que corre aún, no está considerada como parte de la deuda del Gobierno mexicano.
Hay piezas de esta operación que aún no se conocen lo que da lugar a suposiciones. Una de ellas establece que lo más probable es que el MIP establezca un vehículo de propósito especial.
Un SPE por sus siglas en Inglés es una subsidiaria creada por una empresa matriz para aislar el riesgo financiero. Su personalidad jurídica como empresa independiente asegura sus obligaciones incluso en caso de quiebra de la empresa matriz.
Ese Vehículo o subsidiaria daría a la CFE contratos para operar las 13 plantas adquiridas por el Gobierno de México vía el MIP. O sea que la CFE operaría las 13 plantas con lo que generaría ya la mayoría de la electricidad que el país requiere. Bajo qué modalidades de funcionamiento no se sabe. Las plantas que opera la CFE no son del todo rentables porque en conjunto la empresa productiva del estado pierde dinero cada año pero las plantas adquiridas sí son rentables. Su operación no es deficitaria como resultado final.
A reserva de que algunos detalles que aún no se conocen vayan cayendo a la realidad en las siguientes semanas, lo cierto es que a Iberdrola acabaron de hacerle un favorcito porque esa empresa, bajo sus encargos globales tiene que descarbonizar su operación, o sea que debe dar preferencia a la construcción y operación de plantas que generen electricidad con el menor impacto ambiental posible. Tarde o temprano esas plantas de ciclo combinado había que venderlas y la operación le permite adelantar esas decisiones.
Lo que sí es importante señalarle es que de ninguna manera, como se afirma en algunos medios el Gobierno decidió comprar chatarra vieja. Eso no es cierto.
Pero lo que sí es que, ya en el tiempo y las necesidades de pago de los instrumentos que se pongan en el mercado para reunir los casi 6 mil millones de dólares, las 13 plantas no nos saldrán en esa cantidad de dólares sino en mucho más porque por el dinero obtenido habrá que pagar intereses y además habrá que darle al operador de la estrategia un dinero como beneficio por su intermediación. Lo de los seis mil millones de dólares es solo la cantidad inicial. Habrá que ver cuál será la final.
Mientras caen más piezas a la mesa de esta operación de compra, le dejo a usted un dato coincidente muy claro. La operación, tomada de los 6 mil millones de dólares a una paridad de 18.50 pesos mexicanos por dólar significa un total aproximado a los 111 mil millones de pesos.
Hoy la Comisión Federal De Electricidad ha ofrecido un resultado anual en 2022 (números gruesos) de 40 mil millones de dólares en pérdida que agregados a los 83 mil millones de dólares de subsidios ofrecen como resultado una pérdida neta por 120 mil millones de pesos.
O sea… la operación de compra es ligeramente inferior a la cantidad que ofreció la CFE como pérdida neta en el resultado financiero durante 2022.
¡Lo que son las cosas!.
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