
Descomplicado
* Dos Bocas: parida a la brava
Quienes saben de los temas energéticos y de refinerías afirman que Dos Bocas será un escándalo de dimensiones históricas; no creen que pueda refinar su primer barril de gasolina en este sexenio y asseguran que la improvisación con la que se construyó habrá de provocar a la nación serios dolores de cabeza en un futuro no muy distante y la inversión de presupuestos extras.
La sospecha se centra en un aspecto fundamental que se pasó por alto en el ánimo de comenzar tan pronto se pudiera esa construcción, una de las emblemáticas del Gobierno Federal. Había que iniciar los trabajos lo más rápido posible por lo que el paso de inscribir a la obra como una de INFRAESTRUCTURA decidió saltarse porque el trámite exigía una serie de fundamentaciones estratégicas que la autoridad federal ha de haber considerado una monserga.
Había que iniciar la construcción YA, por lo que aquello del impacto ambiental y el fundamentar que la obra sería un negocio y no una gasto demandaba tiempo, procesos que la burocracia afectarían la intención del Presidente de arrancar su obra concebida como un gran aporte a la historia nacional. México fortalecería su soberanía con esta refinería. No había tiempo que perder.
Y el asunto, ya adelantadita la obra, no va del todo bien si tomamos en cuenta los términos en los que el área de auditoría interna de la empresa productiva del Estado (PEMEX) se expresa en su reporte más reciente que trascendió las oficinas de la petrolera y alcanzó las páginas de la prensa que se edita en la capital del país.
El diario El Economista publicó la información a la que hago referencia en los siguientes términos:
“En el proceso de Dirección de Negocio de la construcción de la Refinería de Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, la Gerencia de Auditoría de Petróleos Mexicanos (Pemex) identificó una serie de “riesgos materializados”, que tienen que ver con la falta de análisis oportuno del proyecto por parte de las instancias debidas dentro de la estatal y que comprometen la viabilidad del negocio.
Lo anterior, de acuerdo con el Informe Trimestral de la Auditoría Interna de Pemex sobre el seguimiento al Proyecto de la Refinería Olmeca en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, correspondiente al período enero-marzo del 2023 y presentado en el Consejo de Administración de Pemex este mes de mayo, documento al que El Economista tuvo acceso.”
“En primer lugar, la Auditoría Interna de Pemex indica que se materializó el riesgo identificado como “Falta de registro en el portafolio y cartera de inversiones de Pemex del Proyecto de Inversión para la construcción de la Refinería en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, conforme a los Lineamientos y Políticas Generales para Inversiones, Asociaciones y Alianzas Estratégicas de Pemex, sus Empresas Productivas Subsidiarias y Empresas Filiales.
El reporte también hace alusión específica a 5 riesgos materializados, o sea, cinco áreas delicadas que representaban una amenaza y que hoy representan un problema para la viabilidad del negocio y un obstáculo para su contribución a sumar beneficios al país.
El orígen de todo, señalan los especialistas consultados por este colaborador de Quadratín, está en la negativa de haber inscrito la magna obra como una obra de infraestructura para salvar trámites que sin duda engorrosos, le hubieran garantizado recursos suficientes a cambio de ofrece un marco de transparencia en la evolución de la construcción.
Hoy se sabe que la refinería, constituída como un “chipote” en el Sistema Nacional de Refinación tendrá que enfrentar riesgos extraordinarios si no fue capaz de concebirse como parte del mismo lo que debe de garantizar tanto la entrada del petróleo en condiciones de iniciar el proceso de refinación como la salida del producto cuando concluya el mismo.
Dos Bocas no es una refinería pequeña y echarla a andar no será fácil. Hay especialistas que creen que los períodos de prueba y ajuste que tienen que desarrollar todas las obras de esta naturaleza y por su tamaño, pudieran exigir procesos de ajuste o afinación durante no menos de seis meses lo que lleva la probabilidad de obtener el primer barril de gasolina hacia el año 2025.
No se sabe el grado real de avance, o al menos los externos que no pertenecen a Pemex lo desconocen y por ende no saben si los 16 mil millones de dólares que se estiman ya invertidos acabarán siendo el tamaño de la factura o se requerirá de más recursos para concluirla.
Si fuera correcta la cifra extraoficial, hablaríamos de una refinería que (nueva) habrá costado lo doble de lo que se dijo que iba a costar lo que abre la necesidad de preguntarse si no había hace tres años una refinería de buena talla como la de Deer Park que ahora pertenece toda a Pemex y que costó dos mil 600 millones de dólares (por el tramo restante adquirido por el Gobierno que ya era propietario parcial) y cuenta con la misma capacidad de refinación que la de Dos Bocas.
Finalmente ya nos hemos dado cuenta que México tendrá que importar petróleo para satisfacer las necesidades productivas de las Refinerías en el país, que no podremos dejar de exportar petróleo, que no hay manera de abandonar esa práctica por lo que significa el boquete financiero que nos ocasionaría y que a pesar de la férrea voluntad del gobierno de fortalecer la soberanía energética del país habrá que hacer muchas cosas más y destinar muchos, muchos recursos extras para s conseguir las metas que se pensaban posibles para el tramo de 6 años en que AMLO tocó gobernar.
Ojalá los especialistas externos estén equivocados y que Dos Bocas nos llene de orgullo y satisfacción aunque el hecho de que el reporte de la Auditoría interna de Pemex parece indicar que una tormenta pudiera envolver el inicio de operaciones de la más nueva de las refinerías del SNR, el Sistema Nacional de Refinación.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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