Universo Pyme
¿Qué Acapulco recuperar?
Es posible que Otis haya llegado en el momento correcto para hacer que Acapulco tocara fondo. Es probable que de la desgracia que ahora enfrenta surja un “nuevo Acapulco”. Esperaría que los habitantes del Puerto procuraran al final del esfuerzo de reconstrucción resultados muy superiores a la realidad que existía cuando Otis llegó sin tocar la puerta.
Trabajar por un Acapulco mejor. Todo se trata de lograr las ideas que coincidan en consenso y trabajar en congruencia con lo que se desea.
Dejemos atrás la discusión de que si se avisó o no con las horas suficientes la llegada de Otis como para que la población buscara espacios seguros para enfrentar el huracán con la fuerza que nunca costa alguna en México había experimentado. Es evidente que no se trabajó en prevenir nada. Nadie alertó. Nadie movió un dedo.
Además, seamos sinceros: ¿Había espacios seguros a donde trasladar a la población y a los turistas que los visitaban? ¿Tenía la autoridad prevista la estrategia para enfrentar un peligro de esa naturaleza? ¿Había estrategia conocida por el Gobierno local y estatal para reducir los riesgos del tifón? Tampoco.
Llegó a comentarse la semana pasada que el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador destinó una cantidad similar a la que el Gobierno de Enrique Peña Nieto dispuso para apoyar a la población del Puerto por la llegada del huracán Manuel el 13 de septiembre del año 2013. El dato es impreciso y se lo aclaro.
En aquel entonces el Gobierno destinó 67 mil 835 millones de pesos, cantidad relativamente cercana a los 61 mil 313 millones de pesos del actual Gobierno Federal, solo que aquellos 67 mil millones eran de 2013, y desde entonces y a la fecha ha existido una inflación que merma la capacidad de compra y de uso de ese recurso.
La inflación de entonces a la fecha, septiembre 2017-octubre 2023, fue de 58.5 por ciento. Si quisiéramos equiparar la cantidad que entonces se destinó a la atención de los damnificados por Manuel tendríamos que ascender la cantidad de apoyo determinada por el Gobierno de AMLO a 107 mil 179 millones de pesos. Entonces, en cuanto a capacidad de uso del recurso, las cantidades serían similares.
Solo que Manuel fue categoría 1 y Otis, categoría 6.
¿De qué tamaño el daño? Si tomamos como bueno el dato, El primer cálculo, de que Otis habría generado destrucción por 15 mil millones de dólares, la cantidad sería 14 veces mayor a la derrama turística que Acapulco recibió el año pasado, porque en 2022 durante todo el año, Acapulco habrá recibido 22 mil millones de pesos por sus servicios turísticos.
Para resarcir el daño de Otis, entonces, se requerirían 14 ingresos turísticos como el del año 2022 para dejar a Acapulco como estaba. Pero… ¿Lo queremos nuevamente como estaba?
No habrá nunca suficiente recurso para recomponer Acapulco. El primer paquete de 61 mil 313 millones de pesos es un “saque” y el Gobierno, lamentablemente, lo debe saber. Y si apunto que lamentablemente, es porque ni aun así, ni aun sabiendo que es un primer o debe ser un primer paquete, no incorpora a la mesa de reconstrucción, a la sociedad civil organizada ni a la iniciativa privada nacional y extranjera.
Inconcebible que este Gobierno cometa ese tremendo error de excluir a la iniciativa privada del esfuerzo de reconstrucción. Ningún Gobierno de México del pasado hubiese podido atender solo el reto. Ni el Gobierno “más aceitado” hubiese podido, y por supuesto que este no va a poder si insiste en hacer las cosas en solitario.
Ojalá reconsidere —como reconsideró su primera absurda decisión de que solo el Ejército distribuyera la ayuda de la sociedad civil— el mantener fuera de la mesa de reconstrucción —si es que hay alguna— a la sociedad civil y las empresas, porque mantenerse en su postura actual va a garantizar pasar a la historia del evento con pésimas calificaciones y arrimar el caos y la anarquía al proceso, donde solo la delincuencia organizada, la que mandó a saquear comercios y mandó a robar cajeros automáticos, habrá de sacar ventaja.
Trabajemos, juntos, por un nuevo Acapulco y en el proceso inyectemos esa modernidad que exige el relanzamiento del destino turístico mexicano con la idea de recuperarle esa magia que en algún momento tuvo en los planos internacionales.
Trabajemos por un Acapulco de vanguardia, moderno, como lo merece el país y los habitantes de ese bello puerto mexicano. Si el Gobierno ayuda, por supuesto.
Las opiniones y conclusiones expresadas en la columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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