Visión financiera
*Seamos serios y analicemos las reformas
El Presidente de México envía 20 propuestas de reforma al Congreso y ya se están
analizando. No pasarán la mayor parte de ellas porque el Gobierno que AMLO encabeza no
cuenta con mayoría calificada y lo sabe. Por esto se cree que estas iniciativas tienen dos
propósitos fundamentales: son el pretexto para pedir a sus seguidores “duros” de votar en
junio por toda propuesta electoral de Morena que les permita ganar no sólo la Presidencia
sino aplastar en las Cámaras de Senado y de Diputados. Con amplia mayoría las propuestas
pasarían sin problema alguno.
El segundo propósito sería atarle las manos a Claudia Sheinbaum. Y por si Claudia tomara
distancia y “rompiera” con el entonces Expresidente, ahí está la propuesta para reducir el
número de inconformes con su gobierno que eventualmente reclamarían una extinción de
su mandato.
A decir de los expertos en los temas que abordan las propuestas, las iniciativas dejan mucho
qué desear y carecen de fundamentos sólidos. Tomemos una de las intenciones del
Presidente: que los mexicanos que se retiran de su vida productiva lo hagan con el 100 por
ciento de su último salario como tasa de reemplazo, término exacto al que corresponde esa
intención.
Ese propósito, llevado a la realidad, representaría una presión presupuestal enorme porque
el esfuerzo extra de conseguir el recurso para aumentar la pensión en esos niveles
correspondería al Gobierno, ya no a los empresarios y por supuesto que tampoco al
trabajador.
Increíble que tal nivel de compromiso presupuestal quieran descansarlo en el Gobierno
cuando debe ser responsabilidad del ciudadano en su vida productiva conseguir una
pensión decorosa durante su retiro. Ahora aportan 1.125% de su salario. Con ese nivel de
aporte ¿a qué pensión quieren aspirar?
Las propuestas tienen en casi todos los casos enormes áreas de oportunidad para mejorar
y convertirse en iniciativas que mejoren el nivel de vida de los más en este país.
La iniciativa de proteger el poder adquisitivo de los trabajadores para evitar que vuelva a
perder gran parte de su capacidad de compra (como sucedió entre 1977 y 2016) es
razonable, pero no así el mecanismo que procuraría, prácticamente por decreto, el aplicar
aumentos salariales no menores a lo que la inflación se ha expresado en un tiempo x.
Esto pudiera propiciar una nueva carrera de precios-salarios que garantice espirales
inflacionarias. La inflación ya dejó de ser un reflejo de desajustes en la maquinaria
productiva de un país porque desde la pandemia del 2020 se observa que en su mayoría la
inflación puede ser un fenómeno económico importado de procesos globales que afectan a
todos los países.
La Guerra de Rusia contra Ucrania incremento de manera relevante los precios de granos
como el maíz, el trigo y los aceites. Si se pelean en la antesala del Canal de Suez o en el de
Ormuz los precios del papel de baño o del petróleo incrementan en todo el mundo. Increíble
pero cierto.
Pero la lógica de justicia hace sentido. Sería recomendable que el salario mínimo fuera
especialmente observado para protegerlo de procesos que reduzcan su capacidad de pago
aunque me parece que no todo se resuelve con dinero.
Si tomamos en serio las propuestas del Presidente, valdría la pena trabajar en ellas para que
tengan pie y cabeza y no representen problemas para un futuro sino soluciones que
beneficien a las familias mexicanas.
Tomemos en cuenta el asunto, por ejemplo de las Pensiones. Más que una tasa de
reemplazo de 100 por ciento que no la tiene ninguna nación desarrollada (incluso
Dinamarca que tanto impresiona al Presidente) pensemos en un Sistema de Salud Universal
que le da prioridad a adultos mayores porque cuando llegan los años con más de 6 décadas
los principales problemas de los hombres y mujeres se reflejan en necesidades vinculadas
con la salud.
Imaginemos que un trabajador se retira con un salario 30 por ciento menor a su último
salario en su vida productiva ¡maravilloso! Eso lo tienen los trabajadores de las naciones
más avanzadas en materia de pensiones a nivel mundial. Pero México lo supera y le agrega
otro 30 por ciento para que se vaya a descansar a su casa con el salario integro que ganaba
en su último trabajo.
Créame que ese 30 por ciento extra no le va a servir de nada cuando tenga que ir al médico
para atender un asunto de próstata o un problema cardiovascular o cuando su diabetes le
presente nuevas complicaciones en sus riñones.
El principal problema que tenga ese mexicano provendrá de su salud y para atenderle lo
mejor será no darle 30 por ciento más en su pensión sino un Sistema de Salud que
claramente atienda de preferencia y con calidad y suficiencia a quienes tengan más de 65
años de edad.
Al gobierno también le va a costar, pero seguramente menos que el esfuerzo de poner un
30 por ciento del trabajador como si fuera su obligación el hacerlo. El tema de pensión
involucra más o debe de involucrar más a quien se pensiona y mucho menos al Gobierno de
México.
En fin. Descartar las propuestas sólo porque vienen de una persona que en su testarudez
insiste en iniciativas que resultan deficientes nos hace perder la oportunidad para qué.
Mejor, le busquemos el como sí si es que de lo que se trata es realmente beneficiar a los
más en nuestra nación.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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