Visión Financiera
Dos mexicanas y un mexicano aspirantes a ganar en las urnas hablaron de cinco temas fundamentales.
Lamentablemente el formato de estos debates y la extensión de los temas, todos relevantes, impiden profundizar en tópicos que resultan de urgente atención.
El tema de la salud es muy delicado por la situación en la que se encuentra nuestro sistema nacional. Ir un poco más profundo en el conocimiento de esta problemática del país que ofrece en sus malos resultados mexicanos o mexicanas muertos, entre ellos niños, significa atender con seriedad el reto que es quizá el más grave que debe de atenderse.
Hablar con los especialistas mexicanos en materia de salud pública del Sistema Nacional de Salud en el país nos arroja un escenario mucho más pesimista que los escenarios pesimistas que imaginamos los mexicanos como pacientes.
Las cosas están mucho más mal de lo que creemos, aunque es necesario considerar siempre que en el país hay tecnología, hay recurso humano, hay profesionales con visión, hay voluntad, hay infraestructura como para conseguir algo mejor de lo que queda como resultado de la destrucción intencional del sistema que se pensaba arruinado por la corrupción y por los intereses de los neoconservadores beneficiarios de ella.
Los expertos recuerdan que “está más perdido el que no sabe a dónde va que el que no sabe en dónde está”, aunque en un escenario fatalista sale peor el asunto cuando una nación, en materia de salud no sabe ni dónde está, ni a dónde va.
No tiene sentido pensar en reconstruir lo que con tanta eficiencia se echó abajo tratando de construir un mejor sistema porque el esfuerzo fracasó y la destrucción del Insabi lo dejó en evidencia.
Actualmente el número de mexicanos que están excluidos de algún sistema de protección a su salud supera los 50.4 millones (datos oficiales del Coneval). Al inicio del actual gobierno eran poco más de 20 millones en este condición. El retroceso es gravísimo.
Bajo la convicción de que en el sistema de salud nacional operaba una corrupción desmedida se destruyó lo posible de destruir sin que el gobierno pudiera colocar una piedra sobre otra en la sustitución de lo que convirtió en polvo.
Nació el Insabi con el juramento de que sería mejor que el Seguro Popular. No soportó ni la mitad de la administración. En una medida de improvisación endosaron la responsabilidad al IMSS-Bienestar sin que esta institución pueda cumplir ya con lo que tiene.
Todo ello sin tomar en cuenta que las piezas de la política pública no están en el lugar que debieran estar.
Hace 50 años el 70 por ciento de la población estaba ubicado en zonas rurales. Ahora las cosas se han invertido y 80% de la población está en marchas urbanas y el resto en el ámbito rural.
Pero la infraestructura de atención está perfilada con la distribución poblacional anterior. Esto da como resultado absurdos como el siguiente: en la Alcaldía Benito Juárez viven 600 mil habitantes y solo cuenta con una estructura de atención a la salud de 7 centros. Hay que distribuir de otra manera la infraestructura.
Sin tomar en cuenta que el grueso de los presupuestos están puestos en la casillas equivocadas. El 95 por ciento de la solución de los problemas de salud de los mexicanos debe de ser atendido y resuelto en el primer nivel de atención.
Solo 3 por ciento tendría que ubicarse en el segundo nivel y el 2 por ciento restante en el tercer nivel.
Pero los presupuestos están colocados al revés. Ochenta y ocho de cada 100 pesos se distribuyen en el segundo y tercer niveles y solo 12 por ciento va al primer nivel.
Si se tiene la esperanza de que las cosas vuelvan a estar como estaban, nos equivocamos aunque en muchos renglones de la salud las cosas están, mucho peor de como estaban a inicios de 2019.
En el año 2024 solo uno de cada tres niños menores de un año tienen cubierto el esquema básico de vacunación.
La factura de esto lo iremos viendo poco a poco. Muchas generaciones de mexicanos no conocieron en la escuela a algún compañero con poliomielitis. Ahora, antes de que llegue el 2030 regresarán los ejemplos como regresaron los brotes de sarampión que se pensaban erradicados en el país.
En el 2020, Guatemala nos tuvo que prestar medicamentos para atender a pacientes mexicanos con tuberculosis porque no tuvimos la previsión de comprarlos. La bolsa necesaria para comprar esos medicamentos era inferior a los 20 millones de pesos.
Las cosas están más mal de lo mal que se pensaba estaban ya. Y contribuyeron a echar a perder el escenario. En 2018 se compraron mil 729 millones de piezas de medicinas a un precio promedio de 38 pesos cada una.
En el 2023 el número de medicamentos se redujo a mil 24 millones pero a un precio promedio de 83 pesos cada uno.
Se compraron 705 millones de piezas médicas menos, pero se pagó por ellas más dinero que en 2018.
Sigue el desabasto de medicinas
La Superfarmacia se surte de medicinas del IMSS o del ISSSTE en un modelo que sugiere una corrupción descarada.
Los padres de los niños con cáncer siguen con el justo reclamo de esperar que el Gobierno de México cumpla sus responsabilidades.
Pero la corrupción ha sido desterrada en el país, dice el Presidente.
Y desde “estas ruinas que ves” el Gobierno Federal no ha sido capaz de articular nada medianamente parecido a lo que ya existía y que tuvo la voluntad de echar abajo.
La salud en México, como política pública es el ejemplo más claro de la ineficiencia, ausencia de imaginación y de talento invertido en esa área de atención a la población mexicana.
Es el mejor ejemplo de la ineficiencia de este gobierno, de su falta de voluntad de mejorar las cosas. Encabeza la larga lista de ejemplos con los que se dejará evidencia de la ineficiencia e incapacidad de quien nos gobierna. No puede decirse que en la mejora del sistema de salud, así en genérico y con toda la ligereza posible se diga que hay dinero suficiente para ello.
El problema no se resuelve con la presencia de un Presidente “honesto”; hubiese sido ideal que fuera capaz y que en el sector operaran personas capaces, talentosas y conocimiento de cómo se articula un sistema nacional de salud.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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