Ahora sí, ¡a bailar!
El segundo debate fue mejor que el primero en cuanto a formato y respecto a la participación de las candidatas ellas lanzaron acusaciones fuertes, corrupta contra narca, pero en lo fundamental quedaron a deber.
No se trata de definir con claridad y precisión estrategias de gobierno, pero de todas formas al menos un rasgo que permita tener en claro que las y el aspirante a la Presidencia tienen idea de que en la recámara hay un dinosaurio en espera de ser abordado.
En realidad no hay uno de esa especie sino dos.
El que más se acercó a reconocerlo es el sonriente Máynez quien habla de una reforma fiscal que acierta en mencionar y del que prefiere hablar poco.
Xóchitl atina a dibujar una exención impositiva para salarios hasta de 15 mil pesos mensuales. En realidad desde quien gana hasta menos de 1 salario mínimo hay cargas fiscales. O pagan iva o pagan gasolinas o cigarros, pero todos pagamos impuestos.
Y no se trata de no pagar, sí de no tener que pagar impuestos más salud, más educación, más la tirada de la basura, más lo del moche al cartero, más la propina al policía y le podemos seguir con los extras. Si Usted aborda a un adulto mayor seguro le comentará que prefiere la garantía de un servicio médico gratuito y del abasto de las medicinas que le receten a que le ofrezca tres mil pesos cada determinado tiempo.
Porque lo que le den como mesada seguirá siendo insuficiente para atender sus necesidades en materia de alimentación y salud.
Pero las candidatas no lo ven así ni así lo consideran sus estrategas.
El tema real es que no hay margen para seguir regalando nada. Lo que se necesita urgente es saber de dónde se obtendrán los recursos necesarios para seguir cubriendo los programas sociales más lo que Pemex requiere.
El solo asunto de Pemex es tan escandaloso y urgente de atender como el dinosaurio. O sea, que en la recámara no hay uno sino hasta dos de esos ejemplares.
Y los dos pueden combinarse o no para jugar en contra de mantener el grado de inversión por parte de las empresas calificadoras internacionales.
Perdiendo ese grado de inversión las cosas prometerían adquirir un tono funesto para el futuro inmediato.
Ante el escenario de programas sociales y cooperaciones con los hermanos de América Latina, Pemex tendrá que ser atendido de otra manera porque lo que se ha hecho hasta el momento no ha ofrecido buenos resultados.
Es probable, solo probable, que el Gobierno tuviera que absorber o hacer suya la deuda de Pemex, pero aún así la duda es si la empresa productiva del Estado va a seguir funcionando como hasta ahora.
Pemex tendrá que ser sujeta a una seria revisión en cuanto a su estrategia y en cuanto a su vocación productiva.
Alejar a la empresa de su lado malo y tratar de potencializar su faceta productiva rentable. Reconocer la perdida y asegurar estratégicamente que no volverá a perder en los terrenos fallidos. Eso puede implicar reducir la actividad refinadora donde Pemex pierde diariamente 30 dólares de cada barril de refinado que obtiene.
Olvidarse de la autosuficiencia energética demagógica que se vendió en la presente administración como gran logro a conseguir.
Aún si Pemex se resuelve sin dolores y contracciones nacionales –cosa que está por verse– el asunto pendiente seguirá siendo el obtener recursos fiscales necesarios para atender los compromisos que deja el actual gobierno.
Hay que ir alertando a la población que AMLO deja un escenario sobre la mesa que exigirá sacrificios futuros y que ellos exigen el pago de más impuestos por parte de las grandes empresas y a los contribuyentes de mayores ingresos.
Solo para que no le digan que Usted mintió valdría que Xóchitl anticipe que quien resulte triunfador o triunfadora va a necesitar revisar el renglón del ingreso porque los compromisos son muchos y serán más abundantes si se quiere implementar un sistema nacional de cuidados y un sistema nacional de salud de talla universal.
En la economía no hay cenas gratis.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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