Visión financiera/Georgina Howard
Camino al Cielo
“Bendito sea Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en Cristo Jesús” (Efesios1, 3).
Una Iglesia unida.
Con inmensa alegría hemos recibido la noticia de que su Santidad Francisco se ha dignado erigir la nueva Diócesis de Cancún-Chetumal.
Este acontecimiento es un signo de la madurez lograda en ésta Iglesia particular.
Y al mismo tiempo un reconocimiento a la gran labor evangelizadora y pastoral que se ha llevado a cabo en estos 50 años por tantos sacerdotes, religiosos, religiosas y misioneros laicos.
Esta gracia es una gran bendición que nos toca a todos.
Nos unimos todos en alegría y oración por esta gracia que Dios ha querido regalarnos y nos sentimos más comprometidos a realizar plenamente la misión encomendada a todo el pueblo de Dios que peregrina en esta Iglesia Particular.
Este acontecimiento eclesial nos lleva a vivir una profunda espiritualidad de comunión, que se manifieste en una efectiva sinodalidad a todos los niveles y en todas las estructuras eclesiales.
Invito a cada comunidad parroquial, a cada grupo apostólico y a cada movimiento eclesial que respetando la variedad de carismas, busquemos una Iglesia fuertemente unida.
“Para que todos sean uno, como tu Padre y yo somos uno”, (Juan 17, 22).
Una Iglesia misionera.
La elevación de Prelatura a Diócesis, nos invita a fijar la mirada en Cristo Buen Pastor que provoca en nuestro corazón la conversión pastoral, que nos lleve a lograr una Iglesia en salida misionera, que no se contenta con una pastoral de mantenimiento, porque busca una pastoral de movimiento misionero. Evangelizar es una misión que nos toca a todos.
Una Iglesia samaritana
El momento histórico que nos ha tocado vivir, reclama una Iglesia samaritana, sensible a las necesidades de los pobres y de los enfermos.
Una Iglesia samaritana que sepa ser eficaz en su servicio espiritual, de sanar las heridas provocadas por un mundo en el que se van acentuando las agresiones, las tensiones y las adicciones que causan tantas patologías.
“El espíritu del Señor está sobre mí y me ha enviado a curar a los de corazón quebrantado”. (Isaías 61, 1).
Sigamos dando gracias a Dios por este don de su misericordia, atentos a la voz del Espíritu Santo, que nos impulsa a caminar hacia adelante, confiados en la presencia de Jesús que nos ha dicho: “Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo”. (Mateo 28, 20).
Pongamos en las manos orantes y benditas de la Santísima Virgen de Guadalupe, Madre nuestra, el caminar de la naciente Iglesia Diocesana de Cancún-Chetumal.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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