FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 4 de febrero de 2021.- Para quienes desde hace varios años nos dedicamos al arte, música, canto, danza y promoción cultural es complicada la situación causada por la pandemia. Afortunadamente trabajamos como gente del campo y tenemos para sobrevivir gracias a la experiencia de crecer cultivando la milpa, dice José Poot Chablé.

Explica que Tihosuco y sus alrededores dependen del potencial económico que se genera con el turismo que llega a Playa del Carmen, Cancún y Tulum así que están muy afectados, su vida se complica con el Covid 19.

El descanso forzoso, o vivir con medio sueldo, hace que se viva muy mal en las comunidades sobre todo cuando la gente pierde su empleo.

José es músico y escultor, desde pequeño le gusta la música, esculpir en piedra y tallar madera arte que recuerda cultiva desde la escuela primaria, aunque en esa época no tenía maestros que alentaran esas habilidades en los niños.

“Lo que hago es parte de mi origen e identidad como gente maya, nuestra cultura está siempre presente en lo que hacemos, así he podido exponer mis obras en las Universidades Tecnológicas de Playa del Carmen y Cancún, en la Casa de Cultura de Playa del Carmen, parque Xcaret así como en el Museo de la Guerra de Castas de Tihosuco”, agrega.

Destaca que lo que le gusta y sabe hacer, como la escultura, es por herencia familiar y recuerda cuando su papá le hablaba del abuelo quien agarraba piedra de un cenote, una especie de material suave, para hacer figuras mayas y también menciona que su abuelo materno tocaba maayapax, música maya.

Opina que el arte es al parecer lo último en la lista de prioridades del gobierno. “Lo que hacemos en escultura y música es con perseverancia, mucha voluntad, aunque el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (Inpi) y programas como Pacmyc ofrecen apoyos, es muy complicado cumplir con los protocolos que establen para poder obtenerlos”, agrega.

A como pueden creadores de arte maya resisten al Covid 19 Dice que, ante la situación generada con la pandemia, ahora hay poca demanda de su música y danza en eventos culturales con los que antes podían obtener una remuneración: “no hay mercado, todo está prácticamente suspendido, existen programas del gobierno que son buenos, pero deben existir además otros que apoyen a gente que como nosotros se dedica al arte y cultura maya”, concluye.