Visión financiera/Georgina Howard
De Políticos y Quadratines
Antes que enseñar estrategias de desarrollo que permitan el crecimiento integral en cada región del país se prioriza hoy una cruzada para acabar con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) como si dicho consejo fuera realmente el enemigo principal a exterminar. No es casual la fobia de Andrés Manuel López Obrador a este organismo, su aborrecimiento se debe a que, de funcionar como debiera, Coneval evaluaría los resultados de sus políticas públicas de combate a la pobreza en México, si éstas funcionan o no y el Presidente tendría que rendir cuentas.
Es paradójico, López Obrador dice estar empeñado en combatir la corrupción y disminuir la pobreza, pero sigue aplicando políticas similares a las aplicadas por gobiernos priístas y panistas en el último cuarto de siglo, y además no quiere que le hagan evaluaciones.
El Presidente repite nuevamente su solución mecánica: si hay corruptos que se elimine la institución, en lugar de transformarla en algo más útil a la ciudadanía. Si el titular del mencionado organismo evaluador es corrupto tal vez sería más constructivo y transformador cambiar al funcionario y punto. Si el Coneval no funciona correctamente que se haga todo por corregir su funcionamiento, y esta tarea bien podría hacerla el poder legislativo en sinergia con INEGI.
Lo cierto es que el Coneval llamó la atención en el estudio “40 Años de Estrategias de Coordinación Interinstitucional para la Política de Desarrollo en México”, sobre el hecho de que los programas puestos en marcha por los gobiernos federales en los últimos 40 años para combatir la pobreza en México han repetido fallas de diseño, monitoreo e involucramiento de los beneficiarios.
No es nada despreciable el trabajo de este organismo pues analizó los programas Coplamar, Progresa, Microrregiones, 100×100, la Cruzada Nacional contra el Hambre y la Estrategia Nacional de Inclusión, aquellos programas del neoliberalismo al que puso fin solo mediáticamente el Presidente.
Hay cosas elementales que debieran saber quienes buscan la transformación de México como lo importante que es promover el desarrollo integral de los municipios con mayores rezagos sociales, pero el gobierno federal no cuenta hasta hoy con la información necesaria para acciones específicas.
Es difícil creer que sean los llamados ciervos de la nación quienes la obtengan. Vale recordar y mencionar como ejemplo aquello que se conoció como Coplamar (Coordinación General del Plan Nacional de Zonas Deprimidas y Grupos Marginados) como un programa que tal vez estuvo cercano a obtener una información como la señalada.
Si algo hay que hacer con Coneval es revisar la manera en que obtiene información, mide, analiza y evalúa estrategias antipobreza.
Es un error que instituciones relacionadas con el bienestar de las familias mexicanas indígenas tengan como ítems que a mayor circulante y mayor poder adquisitivo podría existir un mayor desarrollo en comunidades pobres.
En esta lógica de las instituciones, los evaluadores del neoliberalismo creen que si la población indígena no tiene una economía monetizada, si no consume pan industrializado, lácteos, prendas de vestir y calzar que venden empresas multinacionales, si solo consume maíz y productos diversificados de sus milpas, es una población en pobreza.
Con esta visión “resolvían” la situación con la distribución de miles de despensas a los pobres provocando, en lugar de desarrollo integral, un consumismo y deterioro ambiental en el entorno comunitario.
La autosuficiencia alimentaria no es sinónimo de pobreza, hay que fortalecerla.
El estado mexicano es el menos indicado para fomentar consumismos y plantear cambios de hábitos alimenticios sanos en donde éstos aún existen, por otros basados en parámetros occidentales.
En este sentido, lograr la autosuficiencia y autogestión comunitarias deberían ser prioridades antes que imponer proyectos de trenes turísticos en el sur y sureste del país.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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