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Toma y daca de la relación México-Estados Unidos
Apuntes de un ciudadano
Para la crisis temple, para la república concordia
Ya no esperamos cuando la curva se aplana, esperamos cuando termina la pandemia, el peso de la crisis empieza a lastimar nuestras espaldas, pero aún estamos de pie. Así pasan los días, un ánimo desdibujado recorre la Republica; la algarabía democrática se opaca ante la prolongación de los contagios y la pérdida de vidas, misma que se acentúa por la frágil situación económica y las heridas que no cicatrizan de la violencia; aun así, seguimos pedaleando, aunque es cuesta arriba, queremos ver la luz al final del túnel.
La incertidumbre permea el presente, apenas empezamos a salir del confinamiento y tememos por nuestra salud, cuando escuchamos que “la curva no se aplana” con más de 5 mil casos promedio en los últimos siete días; nos dicen que ya se empieza a reactivar la economía y los pronósticos son de dos dígitos a la baja; ojalá entonces el ánimo empuje el futuro.
Las dificultades acechan, en lo económico, apenas hace días Banxico alertó de una desaceleración profunda, salidas de capital y que la incertidumbre continua aun en la reactivación; nuestra rentabilidad como país está a la baja señalan analistas y agencias financieras con calificaciones nada halagüeñas. Por otra parte, del lado oficial e instituciones económicas hay voces que difieren de estas visiones y matizan que vamos a salir de la contracción mucho más rápido, y que la crisis golpeara más a los países desarrollados.
Claro no podemos confiarnos, un maestro en Economía alertaba en una clase que los números son fríos, que las ciencias sociales son contrarias a las matemáticas, estas últimas son exactas, así la economía, esta no es exitosa solo por la buena voluntad, necesita dar confianza al capital.
En lo político, es el desafío más grande que enfrenta nuestra democracia, y el Gobierno emanado legítimamente de ella; Platón en su libro La república hablaba de que el principio de cooperación entre los hombres es básico para recuperar la salud del Estado. Pensaba que hay esperanza cuando la conciencia racional reacciona, “no es sálvense quien pueda”, es salvar la moral del pueblo y dejar el lado egoísta del alma humana para sobrevivir. Cuando uno busca la concordia busca la Republica, esta soporta el peso y da equilibro, sustento, y progreso a la gente, sin exclusiones.
La adversidad transforma nuestro carácter, nadie puede decir que en esta cuarentena no ha perdido algo; nos está costando empezar de nuevo; son tantas cosas que pasan por la mente que nuestra capacidad de asombro ha sido rebasada; imbuidos de tanta información, sucesos y pronósticos, que nos hacen indecisos y hasta cierto punto desconfiados e indiferentes, toca al Estado marcar el rumbo, para no titubear y enfrentar con ánimo la andanada, eso hará la diferencia; al final el resultado marcara el derrotero de nuestra generación.
Recordemos una canción cuyo título es una pregunta del gran Chava Flores: ¿A que le tiras cuando sueñas mexicano? una parte de esa canción decía: “¿A hacerte rico en loterías con un millón? / Mejor trabaja, ya levántate temprano/ con esos sueños solo pierdes el camión/”. Así es, no perdamos el camión. La adversidad no impide reconocernos de lo que somos capaces, más si estamos unidos, con una confianza renovada y la moral en lo más alto, sortearemos los obstáculos.
El cambio político necesita reivindicar la esperanza, que la nación despierte. Descartes en su época confiaba que los problemas hay que verlos de manera diferente, abordarlos, enfrentarlos a tiempo, la solución depende de nosotros. Es preferible depositar nuestra confianza en el poder de la lógica y nuestras fortalezas, con actitud y entereza, que lamentarnos. La Republica bien lo vale.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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