
Grandes Pymes
Los desafíos del turismo ante la nueva normalidad
Edgar Ordóñez*
La nueva normalidad está de moda, para el turismo es el mayor desafío que enfrenta en su historia, nos lleva a una nueva manera de vivir; ha sido tan rápido que no nos dio tiempo de prepararnos, ojalá nos dé tiempo de contarlo. Así el virus obliga a una cuarentena global, no salir de casa, no viajar, restricciones en las fronteras. La historia es así, golpes y cambios, más en este mundo global; el libro: La Era de las Turbulencias de Alan Greenspan, habla de las consecuencias económicas de sucesos que han cambiado el rumbo de la historia, como la caída del muro de Berlín, los atentados terroristas, entre otras cosas.
En la introducción a su libro, este gran economista reseña que regresaba de un viaje el 11 de septiembre de 2001, cuando le informan que aviones secuestrados por terroristas se estrellan en las torres gemelas de Nueva York, ocasionando la noticia una hecatombe mundial, no solo por mostrar que ante el horror somos tan indefensos, sino también que el ataque era una afrenta al símbolo más visible del capitalismo; a partir de entonces el mundo, la seguridad y los viajes cambiaron. Hoy con el debido respeto a las víctimas y sus familias, algo similar sucede, ya nada será igual después del impacto del Covid 19; según estimaciones de la OMT, el turismo internacional tuvo una caída de 22 por ciento en el primer trimestre y podría tener un declive entre un 58 por ciento a 78 por ciento en 2020 en comparación con 2019.
Lo que le inquietaba al señor Greenspan es: “Que, en una economía tan sofisticada como la nuestra, el miedo es la que conduce a los pánicos y las recesiones”, porque la gente para producir, generar riqueza, tiene que interactuar e intercambiar artículos, y que todo hogar depende del comercio para la mera supervivencia”. Si los ciudadanos se quedan en casa por miedo a ir a los centros comerciales se produce un efecto de bola de nieve. Esto debemos evitar para nuestros destinos, atendiendo las medidas y organizándonos para recuperar la confianza al viajar de los turistas.
Nuestro Estado que basa su economía en el negocio turístico vive su peor crisis, no hay turistas, no hay ingreso; bastante hacen muchos negocios por mantener las plantillas laborales, pero el tiempo apremia y cuesta; necesitamos una vez que pase la contingencia, reactivar la afluencia de turistas nacionales e internacionales para incentivar la ocupación; el turista necesita tener estabilidad económica y la tranquilidad para viajar, que le haga perder el miedo; para recuperarla pasara tiempo, preparémonos.
Una tarea primordial es concretar un programa integral de reactivación que en forma gradual vaya liberando los segmentos productivos paralelo a la llegada de los turistas, que levante el comercio, el empleo, los servicios y todos los negocios directos e indirectos, como el transporte aéreo, hospedaje, alimentos y bebidas, de entretenimiento, construcción, inmobiliario, etc.
El desafío del sector es enorme; como cambiar de una atención presencial y cercana a los turistas a otra forma también cálida pero sujeta a la sana distancia y a los nuevos protocolos; no todo podemos subsanar con la automatización y los sistemas digitales. El objetivo es en la nueva normalidad dar confianza al turista, definir cómo serán los servicios, cómo aprovechar los espacios, cómo organizar la estancia, la animación; paralelamente capacitar y motivar al principal activo laboral que es nuestra gente, el personal que hace posible la mejor estancia, el mejor paseo, la inolvidable boda.
Lo anterior depende de la suma de voluntades y de la búsqueda del interés general, solidario y sin egoísmos del gobierno, de los empresarios, de la sociedad, de los trabajadores. Es momento de apoyar a la que considero que es y será la principal generadora de ingresos para el país y factor de equilibrio para la estabilidad social, la industria sin chimeneas; mediante incentivos fiscales, créditos y una intensa promoción de nuestros destinos.
Esperamos que el turismo se levante en el menor tiempo posible, no perdamos el ánimo, hay mucho por hacer, hagámoslo en la parte que no toca; aunque no vemos muchas señales positivas en el horizonte; entre la crisis económica que se avecina, la falta de definiciones y acuerdos en la política, habrá que matizarlo y encontrar formas que incentiven, apoyen y den confianza a los que seguimos apostando que vivir en Quintana Roo, vivir en México, es un privilegio y un gran reto, ser el destino de todos, vamos por ello de nuevo. Juntos podemos.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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