Comedores escolares de Tulum, en el olvido

19 de marzo de 2019

14:55

Héctor Valdez /Quadratín Quintana Roo.

TULUM, QRoo, 12 de marzo de 2019.- Un grupo de mujeres mayas se apresura a la preparación de empanadas de atún, que tocarán de cuatro piezas por niño para su desayuno. Siempre y cuando las condiciones climáticas no lo impidan, los infantes de tres distintos planteles podrán tener el estómago lleno.
Aunque este día, como otro cualquiera, nadie sabe si los niños podrán tener su primer alimento para poder estudiar. Más, si está nublado o llueve:
“El día que llueve pues los niños se quedan sin desayuno y con la pancita vacía”, dice con pena, mientras levanta la vista al desgarrado techo de la cocina doña Jacinta May, quien es la encargada del desayunador escolar de Sahcab Mucuy, una de las nueve comunidades de la zona maya y uno de los 56 desayunadores escolares de Quintana Roo, en los que el Gobierno del Estado asegura haber invertido sumas millonarias y en el que el gobierno municipal, de Víctor Mas Tah, afirma por su parte “tenerlo en las mejores condiciones”.
La realidad en éste, como en muchos otros asuntos, corre en sentido contrario al discurso oficial y el triste desayunador, donde muchos de los niños deben ingerir sus alimentos a pie, pues faltan mesas y bancas, atiende tres planteles escolares: la primaria Emiliano Zapata; el Jardín de niños Salvador Alvarado y un plantel de educación inicial indígena.
”El municipio nos manda latería, mercancía y nosotros nos organizamos para hacerle el desayuno a los niños. No nos quejamos. Aunque la verdad, sí hace falta el techo, hacen falta las sillas, trastos, mesas… hacen falta muchas cosas, pero yo creo que ahí vamos, pasito a pasito”, comenta doña Jacinta May ante una realidad que sabe que no es de ahora, pues durante varias administraciones las condiciones de la zona maya han sido un olvido. “Pero don Víctor (Mas Tah) dijo que iba a ser distinto”, dice en español una joven madre que también ayuda y que interviene en la plática, que por parte de ellas, casi toda se lleva a cabo en su lengua materna, el maya.
Las mujeres mayores parecen reprenderla y regresa a la plática exclusivamente en maya.
El grupo de mujeres, todas vistiendo en hipil, piden a este reportero, recordar a las autoridades sus carencias, como son una verdadera estufa, porque su fogón está casi a la intemperie y parte de las instalaciones donde se hace la comida, bajo un desgarrado techo de cartón. La cocina no es más que un fogón construido en tres bloques de concreto, pocas mesas viejas para las cocineras, algunas mesas de comedor para los niños, sillas que no alcanzan por lo que muchos infantes comen de pie además de que faltan puertas del desayunador y una larga lista de carencias, a las que, desgraciadamente, están demasiado acostumbrados.