CANCÚN, QRoo, 7 de enero de 2020.- Entre las terquedades del presidente estadounidense Donald Trump y la indignación y determinación iraquí, en Fort Bragg, Estados Unidos, soldados de ese país viajan “a la guerra” a Medio Oriente.

La agencia informativa Reuters confirmó que soldados empacaron municiones y rifles e hicieron llamadas de último momento a sus seres queridos.

Luego, entregaron sus teléfonos celulares para después partir sin saber si volverán.

Un grupo de paracaídistas asignados a la primera brigada de combate de la 82 División aérea, viajó a Oriente Medio desde Fort Bragg, Carolina del Norte este 5 de enero.

Y, en total 600 soldados en Fort Bragg, en su mayoría jóvenes, se dirigen a la zona de conflicto, son parte de un grupo de unos 3 mil 500 paracaidistas estadounidenses que fueron sido enviados a la región.

Kuwait es la primera parada para muchos, pero sus destinos finales son secretos.

“Compa, nos vamos a la guerra”, festejaba uno, mientras mostraba sus dos pulgares con una sonrisa. Él era uno de decenas de soldados que por primera vez subían a camiones desde un bloque de edificios.

El conflicto agudizó por la paranoia del presidente Donald Trump que ordenó que aviones no tripulados mataran al comandante militar iraní Qassem Soleimani, lo que ha sido repudiado por millones de iraquíes dispuestos a repeler la guerra en diferentes partes del mundo, como lo han hecho patente en diferentes videos que aparecen en redes sociales.

Ante ello y luego del ataque a la base aérea estadounidense hace apenas unos minutos, hombres y mujeres de la 82 división están realizando un “despliegue rápido”.

Uno de los comandante de la división a cargo en Medio Oriente es el mayor general del ejército James Mingus.

Todos visten uniformes de camuflaje.

Esta tarde, al menos 10 cohetes impactaron en la base aérea de al-Asad, que alberga a las fuerzas estadounidenses, dijo a CNN Qatri al-Obeidi, uno de los comandantes sunitas de las Fuerzas Paramilitares, en la cercana ciudad de al-Baghdadi.

Al-Obeidi dijo que el bombardeo se detuvo por ahora pero no afirmó que parara.

La Secretaría de la Defensa de Estados Unidos está en alerta roja y mientras el mundo se queda impávido ante las decisiones que pueda tomar Trump y los iraquíes, que como han manifestado no tienen miedo a la guerra.
El asesinato de Soleimani había elevado la tensión pero no había habido un enfrentamiento declarado, como el de hace unos minutos.

Trump había dicho la semana pasada que ordenó el asesinato para detener una guerra y no comenzar una, pero parece que ha comenzado, aunque analistas dicen que es probable que se centre en ataques asimétricos, como bombardeos sorpresa, sabotajes u otras acciones militares de aliados.

Soldados estadounidenses de entre 30 y 40 años de edad, están visiblemente más sombríos, tras la experiencia de ver a camaradas regresar a casa de otras misiones para aprender a caminar con una pierna o en ataúdes cubiertos con banderas.

Si bien los miembros de la unidad, considerada una de las más rápidas de desplazar del Ejército de Estados Unidos, están acostumbrados a los traslados intempestivos, esta vez ha sido diferente, dijo el teniente coronel Mike Burns, portavoz del ejército.

Se ordenó a los soldados que no lleven teléfonos celulares, videojuegos portátiles o cualquier otro dispositivo que pueda usarse para hablar con amigos y familiares, por temor a que los detalles de sus movimientos puedan filtrarse.

Por cada combatiente hay siete personas de apoyo: cocineros, aviadores, mecánicos, médicos, capellanes e intendentes de transporte y suministros.

Todos excepto, los religiosos, llevan armas de combate y nadie les garantiza que regresarán.

(Con información de Reuters).

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