Visión Financiera
Se dice que una victoria pírrica es aquella que se consigue con muchas pérdidas en el bando que supuestamente la ganó, y significa que incluso esta victoria puede terminar siendo desfavorable para dicho bando. El nombre proviene de Pirro, rey de Epiro, quien logró una victoria sobre los romanos con el costo de miles de sus hombres. Según los clásicos, Pirro, al observar el resultado de la batalla, dijo: “Otra victoria como esta y volveré solo a casa”.
Así es como se percibe la consulta convocada para, supuestamente, votar sobre el futuro de Aguakan en un proceso que finalmente va a generar dudas y divisiones. Como una batalla que, sea cual sea su resultado, difícilmente beneficiará a nadie y simplemente generará pérdidas de todo tipo. Será una victoria solo para aquellos que buscan dividir para pescar en río revuelto y tendrá un alto costo social y económico, pero sobre todo político.
Para ilustrar lo dicho anteriormente, comencemos por decir que la consulta, según el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo), es vinculante. Esto significa que si la votación resulta en que “el pueblo” decide que ya no quiere a Aguakan implicaría la recisión de la concesión que, en sí le costaría millones de pesos al gobierno del estado y al que más le afectaría es al mismo pueblo: es decir una victoria pírrica con grandes e irreparables daños a la hacienda estatal.
Pero incluso para llegar a ese punto habría que atravesar otras batallas que, aunque se ganaran, tendrían también altos costos, como son las batallas legales contra la empresa, que tendría que pagar el estado y que añadirían dinero gastado en algo improductivo.
El resultado paradójico es que el gobierno estatal pelearía una larga y costosísima batalla legal, que al momento de ganar estaría obligado a pagar una indemnización de cientos de millones, solo para recibir una responsabilidad para la que no tiene capacidad ni preparación técnica. Otra victoria pírrica.
Aunque en el gobierno hay cierta conciencia sobre las implicaciones que pudiera tener esta consulta, todo indica que lo han minimizado y según se escucha en los pasillos del palacio de gobierno, los analistas legales juran y perjuran que el tema no es sujeto de una consulta y no trascenderá de ser un sondeo para conocer la opinión de los quintanarroenses y no afectará la gestión de Aguakan.
La realidad es que el domingo 5 de junio se llevarán a cabo elecciones federales y estatales, y en ese contexto, hasta este momento, existe la posibilidad de que la gente de Benito Juárez, Solidaridad, Isla Mujeres y Puerto Morelos encuentre una boleta adicional en la que se pregunte: ¿Está usted de acuerdo que la empresa Aguakan continúe prestando el servicio concesionado de agua potable, alcantarillado y saneamiento?
Otra certeza es que, de acuerdo con el Ieqroo, se trata de una consulta vinculante, según se prevé en la ley de Participación Ciudadana, que en su Artículo 91 dice “El resultado del plebiscito y la consulta popular será vinculante cuando participe 35 por ciento del listado nominal estatal o municipal actualizado y de éstos, la mitad más uno de las opiniones se manifieste en uno u otro sentido.
Adicionalmente, el Artículo 92 señala que “Cuando el informe del Instituto indique que el resultado de la jornada de consulta sea vinculante, se notificará al Poder Legislativo, al titular del Poder Ejecutivo o a los ayuntamientos para que dentro del ámbito de su competencia realicen lo conducente para su atención”.
Por lo anterior, no está demás que los estrategas del gobierno y demás asesores gubernamentales le dieran una repensada a los alcances y consecuencias que pudiera tener la consulta, porque de cumplirse lo previsto en la ley, en automático y ya sin margen para una operación política, los cuatro municipios y el Estado estarían obligados a rescindir el contrato de concesión de Aguakan y pagar la indemnización correspondiente de cientos de millones de pesos. En este caso se habrían agotado las instancias de operación política y lo que procedería sería un arreglo judicial con pérdidas económicas para todas las partes.
Y solo para recalcar que una mala lectura o interpretación incorrecta podría tener consecuencias funestas, principalmente para los funcionarios que no quisieran acatarla, vale la pena recordar que el Artículo 95 de dicha ley aclara que en caso de que la autoridad no aceptara los resultados como vinculantes, dice a la letra que “El incumplimiento de los efectos de los resultados de referéndum, plebiscito y consulta popular vinculantes, se considera una omisión que redunda en perjuicio del interés público fundamental y de su buen despacho, por lo que será sancionada en los términos de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Quintana Roo”.
Desde que se aprobó la solicitud de consulta, en diciembre del 2021 se ha dicho reiteradamente que no tendrá consecuencias prácticas ni tendrá efecto jurídico alguno y que solo será un sondeo para comprobar la opinión de la gente. Incluso, también se ha dicho que es improcedente de acuerdo con el Artículo 25, que establece la improcedencia en los siguientes supuestos: I. Versar sobre las materias: tributaria, fiscal o electoral; regulen la organización de los poderes del Estado, de los municipios o de sus entidades, así como de los órganos públicos autónomos.
Recordemos que, en aquella ocasión, los representantes de los partidos políticos ante el Ieqroo se retiraron de la mesa para manifestar su rechazo a la consulta y el común denominador era que todos coincidían en que no era procedente. Lo triste es que en ese momento se desperdició la oportunidad de impugnar ante el Tribunal Electoral porque a pesar del rechazo nadie tomó la iniciativa y la consulta permanece.
Finalmente, regresando al tema de las victorias pírricas, lo que sigue es la solicitud del Ieqroo al estado para que aporte el presupuesto y los medios para la consulta, -que se calculan en 30 millones de pesos- que bien podrían tener algún mejor uso, por ejemplo, en obra pública que tanta falta hace.
Estos escenarios pírricos nos hacen desear que desde las cúpulas de gobierno exista una reflexión al respecto y se opere políticamente para dar marcha atrás a este capricho impulsado por unos cuantos, que lejos de buscar soluciones y beneficios para la ciudadanía de manera mezquina, desean sacar raja política de la división.
Finalmente, querido lector, estimo pertinente que nosotros como ciudadanos exhortemos a nuestros gobernantes a que se cuestionen seriamente la utilidad de este auténtico desperdicio de recursos económicos y humanos en que resultará la consulta. Más aún, recordemos que continuamos en una situación de emergencia y cualquier esfuerzo y bien que se desperdicie en este contexto es imperdonable.
Dejo una pregunta más: aún en el remoto supuesto de que participará 35 por ciento del electorado ¿realmente usted cree que esta consulta tendrá algún efecto positivo para la sociedad, o para el gobierno? Ciertamente no, para ninguno, porque lo único que se logrará será una victoria pírrica, que traerá como consecuencias la polarización social, así como la bancarrota política y económica al gobierno entrante.
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Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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