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CANCÚN, QRoo, 8 de marzo de 2020.- “La desigualdad de género es la injusticia más abrumadora de nuestra época y el mayor desafío a los derechos humanos al que nos enfrentamos”, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
Reconoció que la igualdad de género es una cuestión de poder.
“El patriarcado y la misoginia, arraigados profundamente, han creado una enorme brecha de poder entre los géneros en nuestras economías, nuestros sistemas políticos, nuestras empresas, nuestras sociedades y nuestra cultura”, indicó.
Como claro ejemplo de esta situación, destacó que durante los últimos meses se han firmado acuerdos de paz sin ninguna mujer en la mesa de negociación o la escasa representación femenina durante las reuniones de emergencia sobre el coronavirus.
“No hay justificación para la continua exclusión de las mujeres”, acotó.
Las mujeres jóvenes, señaló
“están redefiniendo lo que representa el poder. Crean nuevas e inclusivas formas de liderazgo que unen a las personas a través de fronteras y en torno a objetivos comunes”.
Aseguró que es necesaria su pasión y convicción ante los grandes retos mundiales, como los conflictos y el cambio climático.
“Sin el liderazgo y la plena participación de las mujeres, nunca alcanzaremos la Agenda para el Desarrollo Sostenible de 2030 ni venceremos el cambio climático”, sostuvo.
En el evento de conmemoración del Día Internacional de la Mujer, en Nueva York, la primera ministra más joven del mundo, la finlandesa de 34 años de edad Sanna Marin, tomó el turno al podio, desde donde aplaudió la presión de Guterres a los países urgiéndolos a redoblar los esfuerzos para conseguir la Agenda de Desarrollo de la ONU.
“Se nos acaba el tiempo. Alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la igualdad de género, no ocurrirá espontáneamente, sino que requiere decisiones políticas para conseguirlos. Todavía más importante: no podemos lograr los otros Objetivos de la Agenda 2030 sin lograr el número 5, que se refiere a la igualdad de género”, aseveró.
Indicó que los líderes mundiales poseen todas las herramientas para realizar los cambios futuros necesarios.
“Tenemos que elevar el listón. Tenemos que exigirnos más a nosotros mismos, y tenemos que escuchar a los jóvenes que nos piden que actuemos ahora”, dijo.
La activista y premio Nobel de la paz, Leymah Gbowee, recordó que hace 25 años las mujeres celebraron la victoria que representó la Declaración de Beijing cuando, por fin, el mundo reconoció los derechos de las mujeres como derechos humanos.
“La Declaración debería asegurarnos el control sobre nuestras vidas, nuestros destinos, nuestros cuerpos, nuestros periodos e incluso nuestro futuro. Veinticinco años más tarde vemos cómo continúan todos esos desafíos: la creciente amenaza sobre las mujeres y las niñas, sobre los derechos de las mujeres”, denunció.
Alexandria Villaseñor, una joven activista de 14 años que inició una huelga climática semanal todos los viernes frente a la sede de las Naciones Unidas desde el pasado 14 de diciembre de 2018 hasta la actualidad se dirigió la concurrencia.
Villaseñor destacó que las mujeres son el factor clave para resolver la crisis climática.
“Para crear el cambio que debemos ver en el mundo, tenemos que abordar las convenciones sociales que sustentan la desigualdad de género y la destrucción de la Tierra. Necesitamos un cambio sistemático para desafiar el patriarcado, la colonización y los desastres naturales. Las mujeres somos las constructoras de la paz del mundo y las madres del planeta. Podemos unirnos a través de fronteras para resistir todos los sistemas de opresión, de modo que podamos crear un planeta saludable y un futuro habitable para toda la humanidad.”
La directora ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngucka, destacó que las mujeres “están enojadas y preocupadas” por su futuro y que “también están radicalmente impacientes por lograr un cambio. Es una impaciencia que tiene raíces profundas y que se ha estado gestando por años”.
A la fecha, hay una disminución de 38 por ciento en el índice de mortalidad materna desde 2000, hay reformas legales que realizaron 131 países en favor de la igualdad de género y contra la discriminación.
Pero la situación que genera más impaciencia es la desigualdad económica y que tanto las mujeres como las niñas empleen mucho más tiempo que los hombres y los niños en ocuparse de las tareas del hogar
Esto no les permite tener las mismas oportunidades en la educación, el mercado laboral y el poder adquisitivo. Es un motor generador de pobreza.
Las mujeres jóvenes que mantienen una familia, tienen un 25 por ciento más de probabilidades que los hombres de vivir en la pobreza extrema, lo que afecta a millones de niños y niñas pequeños, con consecuencias que repercuten a lo largo de la vida de la madre, el niño y la niña en todo el mundo.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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