CANCÚN, QRoo, 17 de marzo de 2021.- El ex gobernador de Puebla, Mario Marín, continuará en prisión a pesar del amparo que presentó para impugnar el auto de formal prisión que se le dictó el 10 de febrero pasado, acusado del delito de tortura.


La jueza Tercero de Distrito del estado de Quintana Roo le había concedido al exmandatario poblano la suspensión definitiva del auto de formal prisión. Pero, a pesar del amparo, Marín no podrá salir libre y permanecerá en prisión preventiva, pues del delito del que se le acusa, que es el de tortura, está tipificado como grave y no admite la libertad bajo fianza.


El equipo jurídico de la organización Artículo 19, para México y Centroamérica, que representa a la periodista Lydia Cacho en el proceso y ante el Estado mexicano, asegura que la suspensión emitida por la jueza Tercero de Distrito tiene un efecto limitado, sobre la libertad personal del exgobernador Marín, pero la resolución no impide que el juez Segundo de Distrito de Quintana Roo, quien está encargado del proceso, prosiga con las diligencias del caso.


Mario Marín no saldrá en libertad, porque, aun cuando se revocara el auto de formal prisión, los abogados de la periodista Cacho subrayan que, el delito de tortura, por el cual se procesa al exgobernador, es un delito grave y por eso seguirá en prisión.

A Mario Marín se le aprehendió el 3 de febrero pasado, en el puerto guerrerense de Acapulco a partir de las órdenes obsequiadas contra él, el empresario Kamel Nacif y el ex subsecretario de Seguridad Pública del estado de Puebla, Hugo Adolfo Karam.


A los tres se les acusó de planear la detención y traslado de la periodista Lydia Cacho desde Cancún, hasta el estado de Puebla. En ese viaje, Cacho fue víctima de tortura, y luego se le encarceló y después liberada bajo fianza.

Los hechos ocurrieron en diciembre de 2005, y constituyeron el corolario de la polémica por la publicación del libro de Cacho “Los demonios del Edén”. Un mes después del incidente, en enero de 2006, la periodista fue exonerada de la demanda por difamación que contra ella había entablado el empresario Kamel Nacif. En febrero de 2006 se dieron a conocer grabaciones de una conversación telefónica entre Nacif y Marín, donde festejaban la detención y los agravios a la periodista.
(Con información de Apro)