CANCÚN, QRoo, 13 de octubre de 2018.- El daño colateral es un eufemismo utilizado por diversas fuerzas armadas y corporaciones policiales para referirse al daño no intencional o accidental; sin embargo, parece que se ha generalizado y se está haciendo una costumbre en Quintana Roo.

Anteriormente, era solo producto de una operación militar, pero el término se ha vuelto efectivo y es una realidad en ciudades como Cancún y Playa del Carmen, a pesar que se han cambiado los altos mandos de la Fiscalía General del Estado, la Secretaría de Seguridad Pública y ha llegado un nuevo encargado del despacho de Seguridad a Benito Juárez.
Empresarios, asociaciones civiles, ciudadanía, funcionarios y la alcaldesa de Benito Juárez, Mara Lezama, reconocen que en el destino turístico se percibe inseguridad.


Este viernes 12 de octubre, en pleno centro de Cancún, conocido como El Crucero, en una zona muy transitada, un niño de 10 años de edad, resultó lesionado, como un daño colateral, igual que el menor de la misma edad de ese 26 de abril de 2017 y la hermana de éste, quienes sufrieron, como testigos, un ataque y la muerte de su madre y hermana.
A lo largo de estos meses, el daño colateral afecta a la ciudadanía en los asaltos en tiendas de conveniencia, supermercados, bancos, cines, restaurantes, transportes públicos y otros lugares que han sido invadidos por la delincuencia.
Un profesor al que una bala se le arrojó en la cabeza en uno de tantos ataques en la Gran Plaza de Cancún y una bala que mató a una jefa de familia que regresaba a su casa luego de trabajar, o los niños que escucharon balazos y vieron cómo se desangraba y moría un joven, en la puerta principal de su escuela primaria una tarde en la Región 103, también es daño colateral.
Todo parece indicar que en Cancún, ahora resguardado por 3 mil 200 elementos de la Policía Militar, ese daño colateral que también se refiere al asesinato de civiles y destrucción de sus propiedades, ha dejado más de 300 huérfanos de padre o madre en Quintana Roo, tan solo en la presente administración del gobernador Carlos Joaquín.
El término de daño colateral también es psicológico, como en los soldados que han regresado de la Guerra de Vietnam, y ha estado en uso en las calles de Cancún, que se ha vuelto lamentablemente común, aunque nunca dejará de ser esa afectación adicional a gente inocente.