FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 10 de mayo de 2019.- Para Emilia, Ramona, Gloria o Tomasa el día comenzó igual. La primera salió de su comunidad, como todos los días, y trajo sus hortalizas; la segunda, llegó con sus tamales torteados y colados; las otras dos, con sus hermosos hipiles y servilletas bordadas para vender en el mercado y casa por casa.Vienen de Tixcacal, de la colonia Leona Vicario y las dos últimas de Sabán, son mujeres mayas que saben de la especial celebración de este día.
Le pregunté ¿Cuál es la diferencia Ramona? Solo que se acabaron más temprano los tamales. 
Muy temprano, muchas madres jóvenes en Quintana Roo esperaron los autobuses que las llevaron a sus trabajos a distintos hoteles 
Pero, a diferencia de otros días, este 10 de mayo unas a otras se felicitaban y algún varón se sumó a las congratulaciones.
De ahí en adelante, el día será igual para la mayoría de ellas o para algunas peor. A quienes dieron descanso, soportarán el festejo en sus casas, cocinando y preparando botanas para terminar muy cansadas, probablemente con un marido y compadres borrachos. ¿Cuál es la diferencia de este día Tomasa? De qué, me dice con extrañeza. 
Es el Día de la Madre, te regalaron algo, hay festejo en tu casa. Ma’ miix ba’ minan takin/ no, nada, no hay dinero, así me dijo y se metió al mercado a ofrecer sus bordados.
En el Palacio Municipal de la zona maya dieron el día a las madres trabajadoras, en dependencias y escuelas se les reconoció también y podrán ser objeto del cariño de maridos, hijos y nietos. Las florerías están repletas de arreglos especiales, las tiendas departamentales, aunque hay pocas aquí, y estéticas, tienen ofertas y promociones a la espera de consumidores y consumidoras.Emilia, ¿Te festejarán hoy? Aaa sí, dice con humor. Espera terminar su venta y regresar a su pueblo contenta, como todos los días. 
Llega, come, descansa y por la tarde, con su familia regará cariñosamente sus hortalizas y preparará las que traerá este sábado 11, muy temprano para vender, como todos los días.
Para algunas, afortunadamente muy pocas, el día será triste, muy triste. Recordarán seguramente a sus hijos ausentes porque se fueron a buscar trabajo a los Estados Unidos, porque están presos o muertos por su participación en hechos delictivos o víctimas de la violencia, que en momentos se expande por el estado. 
Ellas no dicen, sufren y merecen nuestro abrazo.