
Grandes Pymes
*Triunfo o voto de castigo a Carlos Joaquín en Quintana Roo
*Se acaba el ensueño, morenos
*No es pambol líderes
*Del ataque al cinismo Laurita
Los morenos triunfadores se deben de poner a trabajar para que cuando asuman el cargo cumplan, porque de lo que hagan y dejen de hacer, viene la factura buena, la presidenciable.
Qué ridículo ver a Mario Delgado, Alito y Marko Cortés jactándose de haber ganado, con memes y marcadores: que 4 a 2, que 2 a 4 ¡basta! México no es un inche partido de pambol de barrio, qué nivel de todos, por su culpa, los cibernautas se dividen aún más qué no lo ven, parecen burros de visión corta.
Este lunes leí tanta sandez en Twitter. Fulanos pidiendo que un ex presidente alcohólico como Felipe Calderón salve al país, a ese nivel hemos llegado y mariguaneando al Fox.
Para los cibernautas ya no hay investidura presidencial ni respeto.
En Quintana Roo dicen que Mara gana 56.40% por ciento, con una diferencia abismal de 40.27% contra su más cercano perseguidor, pero es un triunfo contundente a su proyecto o un triunfo gracias a miles de votos de castigo.
Este lunes Laura Laurita, la que esperaba ganar con una vergonzosa y pioja votación en las urnas, todavía dio patadas de ahogado y extendió su lengua viperina: dice que ahora tiene la misión de supervisar –Dios nos libre–, claro ahora seguirá cobrando del erario la muy cínica hasta que la justicia la alcance o se tragará sus palabras de perdedora en unas semanas cuando Mara le otorgue el perdón y vuelvan a sonreír y sean amiguis, ¿También perdonará a Merari Tziu?
Dice mi compadre Chencho que mi boca se hará chicharrón.
Lo dicho por un ex presidente fue fuerte. Ganó la gente que no quiere trabajar por sus sueños, pero en Quintana Roo no fue eso, ni siquiera la marea guinda de Morena.
Ganó el voto de castigo a un gobierno estatal de Carlos Joaquín González que gobierna desde las redes, que fue incapaz –porque nada de bueno hizo — de parar la violencia, la extorsión a negocios, la inseguridad, el cierre de empresas y su éxodo, el desastre ambiental y que destrozó también, con su pusilánime accionar, la imagen de Quintana Roo, que se tiñó de sangre en lugares que nadie imaginó: Tulum, un hotel de Bahía Petempich y el flamante centro de hospedaje de Grupo Xcaret.
Un Carlos Joaquín que aceptó que el crimen organizado es el efectivo en Quintana Roo para comidilla de medios internacionales que no perdonan.
Y se excusa con el títere de Capela, un Lucio Hernández, que solo se pasea en el helicóptero.Y para que vean que están pilas detiene Óscar Montes de Oca a unos malandros, vaya qué efectividad hay miles en las calles.
Pero así es Quintana Roo, luego del necesario cambio, hasta la delegación de la Fiscalía General de la República fue hackeada, con camaritas y todo.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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