Taxistas de Chetumal ven positivo la instalación de nuevos semáforos
OTHÓN P. BLANCO, QRoo, 19 de octubre de 2024.- Han pasado 49 años desde que Chetumal reafirmó el nacimiento de Quintana Roo. Pocos lo recuerdan, aunque muchos no lo ignoran. Celebra en 1975 el primer aniversario de un estado libre y soberano con la Feria de la Frontera Sur. ¿Acaso no es la fiesta del pueblo la confirmación de nuestra identidad?.
Este viernes, un aire frío abraza la capital del estado más joven de México; abrigos recorriendo las calles distorsionan el escenario caribeño. Anuncian bajas temperaturas.
La alcaldesa de la ciudad, Yensunni Martínez, sesiona con su equipo de trabajo ante un canal de baja presión ubicado frente a las costas quintanarroenses. Los fenómenos meteorológicos no tienen palabra de honor, recuerda la gobernadora Mara Lezama.
Chetumal evoca su nombre: “allí donde bajan las lluvias”; los othonenses no olvidan a la tamalera de la Expofer: “las lágrimas que hoy derramo atraerán la lluvia, se convertirá en lodo y en este evento nadie se podrá divertir”. Chetumal vuelve en octubre como historia de vivos y muertos.
Cae la noche y aquel lugar que fuera Payo Obispo viste de gala. Afuera, la maldición de la tamalera sopla el norte de Belice y el sur de Quintana Roo. Un potencial ciclónico quiere tener nombre.
El Parque Quintana Roo resguarda la algarabía de un gigante bullicioso. Este jolgorio itinerante ya tiene casa y también tiene nombre: Expofer Chetumal 2024.
El cielo es amable con la juerga. Los chetumaleños aguardan expectantes el inicio de los 50 años de una entidad que lleva el nombre del esposo de Leona Vicario, una figura destacada de la Independencia.
Yensunni da la bienvenida, confía en que es un paso más para recuperar el brillo de la capital. Junto a Mara, corona a la reina de la Expofer 2024, Landy Aguilar. Un hermoso vestido blanco es el comienzo de ese resplandor. Othón P. Blanco es bastión de la cuna quintanarroense.
Sobre un estrado, cortan un listón y el escenario escupe grageas de colores. Lunares variopintos dibujan figuras en el cielo. Las luces parecen pactar con el firmamento un acuerdo de bulla, farra, jarana o borlote.
“En este Parque Quintana Roo se refleja el espíritu de nuestra gente, la riqueza de nuestras tradiciones y la fuerza que nos impulsa hacia el futuro”, expresa Mara.
Sobre este espacio, el cocay camina con frenesí y traza figuras con la luz que brota desde su interior por la nobleza de sus actos, pensamientos y sentimientos; es el brillo de Chetumal, nuestra capital. Porque aquí, como manifiesta la Gobernadora, están nuestras raíces.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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