
Visión Financiera
Si fuéramos nuestra competencia, ¿cómo atacaríamos a nuestra empresa?
Imagina esta situación: un día llegas a tu empresa y encuentras que la competencia lanzó una campaña que parece diseñada específicamente para sacarte del juego.
Ofrecen un producto similar al tuyo, pero con una vuelta de tuerca: mejor precio, un servicio más rápido, o incluso un enfoque que no habías considerado.
¿Cómo reaccionarías?
Ahora, llevemos este pensamiento un paso más allá ¿y si Tú fueras la competencia?,¿cómo atacarías a tu propia empresa?
Plantearte esta pregunta no sólo es un ejercicio interesante; es una herramienta poderosísima para identificar tus debilidades, fortalecer tus ventajas y adelantarte a los movimientos del mercado.
En este artículo, vamos a desarrollar una guía para que puedas trabajar esta idea con tu equipo y convertirla en un motor de cambio positivo para tu Pyme.
Paso 1: Crear el contexto adecuado.
Antes de ponerte a analizar, necesitas el entorno correcto.
Esta pregunta no se responde en medio de la rutina diaria. Es fundamental generar un espacio donde todos puedan enfocarse y pensar de manera estratégica.
Acá te dejo algunas recomendaciones:
Reunión exclusiva: Dedícale al menos un par de horas a este ejercicio.
Diversidad de perspectivas: invita a gente de distintas áreas de la empresa.
Muchas veces, los mejores insights vienen de donde menos lo esperás.
Cómodo y sin distracciones: elige un lugar tranquilo, sin celulares ni interrupciones.
Este tipo de reflexión necesita atención plena.
Actitud abierta:
todos los participantes deben estar dispuestos a escuchar y aportar. Nadie tiene la verdad absoluta.
Una vez que tengas esto listo, puedes pasar al siguiente paso.
Paso 2: Convertirse en el enemigo. Ahora viene la parte divertida: imaginar que no eres tú, sino tu competidor. Para eso, te propongo seguir estos pasos:
Identifica a tus principales competidores:
¿Cuáles son las empresas que están compitiendo directamente contigo? Tal vez sean grandes marcas, otras Pymes o incluso alternativas indirectas (productos o servicios que no son iguales al tuyo, pero que cumplen la misma función para el cliente).
Ponte en sus zapatos: Elige un competidor y piensa como si fueras el dueño.
¿Qué ves cuando miras a tu empresa desde afuera? acá algunas preguntas clave para guiarte: ¿cuáles son las debilidades de tu empresa?
(Ejemplo: problemas de entrega, precios altos, servicio al cliente lento, etc.).
¿Qué ventajas podrías explotar contra ti mismo? (Ejemplo: ubicación estratégica, tecnología más moderna, redes sociales más activas, etc.).
¿Qué innovaciones podrías implementar para ganar mercado? (Ejemplo: ofrecer una versión premium o económica, extender horarios de atención, etc.).
Diseña una estrategia de ataque: Si fueras tu competidor, ¿cuál sería tu plan para ganarle clientes a tu propia empresa?
Piensa en aspectos como: productos o servicios que podrías mejorar o lanzar. Estrategias de marketing más atractivas.
Qué experiencias del cliente podrías superar.
Paso 3: analizar los resultados.
Una vez que hayas identificado cómo atacarías a tu empresa, es momento de analizar esos hallazgos desde una perspectiva constructiva:
Lista tus debilidades: agrupa todas las áreas donde tú viste que tu empresa es vulnerable.
Reconoce tus fortalezas: identificá qué cosas ya estás haciendo bien y qué podrías potenciar aún más.
Detecta oportunidades: seguramente en este ejercicio también surgieron ideas interesantes que podrías implementar.
Entiende las amenazas: ten en cuenta los factores externos que podrían afectar a tu empresa y que tu competencia podría usar a su favor.
El objetivo no es paralizarte pensando en lo que podría salir mal, sino actuar antes de que pase.
Paso 4: Diseñar un plan de acción.
Ahora viene la parte crítica: pasar del diagnóstico a la acción. Con todo lo que descubriste, trabaja con tu equipo para crear un plan concreto.
Podés organizarlo así:
Prioridades. Identificá qué aspectos son más urgentes y cuáles podrían esperar.
Acciones específicas: define tareas claras. Por ejemplo si detectaste que tus precios son altos, analiza cómo podrías optimizarlos sin afectar tu rentabilidad.
Si el servicio al cliente es lento, capacita a tu equipo o implementá tecnologías para mejorar la respuesta.
Responsables: asigna responsables para cada acción.
Es importante que cada persona sepa qué debe hacer y para cuándo.
Plazos: Establece tiempos razonables para implementar los cambios.
Indicadores de éxito: Define cómo vas a medir si las acciones están funcionando.
Paso 5: Repetir el ejercicio regularmente.
El mercado cambia todo el tiempo, y lo que ahora es una fortaleza mañana podría ser una debilidad.
Por eso, te recomiendo repetir este ejercicio al menos una vez al año o cada vez que notes cambios importantes en tu industria.
Hacerlo de manera periódica te permitirá mantenerte proactivo y no reactivo, anticipándote a los problemas en lugar de correr atrás de ellos.
Conclusión: pensar como el enemigo para ser mejores.
En definitiva, ponerte en los zapatos de tu competencia es un acto de humildad y estrategia.
Te obliga a mirarte al espejo y enfrentar las verdades que a veces preferimos ignorar. Pero también es una oportunidad para crecer, innovar y liderar en tu mercado.
No se trata de esperar a que alguien mueva la ficha contra ti, sino de adelantarte y jugar la partida con inteligencia. Este ejercicio no solo te ayudará a mejorar como empresario, sino que también fortalecerá a tu equipo y a tu empresa como un todo.
Así que la próxima vez que tengas una reunión de equipo, lanza esta pregunta desafiante:
“Si fuéramos nuestra competencia, ¿cómo atacaríamos a nuestra empresa?”.
Quizá las respuestas te sorprendan, pero sin duda serán el punto de partida para algo grande.
Para contactar a Juan Carlos e implementar estos conceptos en tu empresa, escribe a [email protected]
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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