El mural del Dios Descendente: un viaje simbólico en el tiempo en Tulum
LÁZARO CÁRDENAS, QRoo, 10 de agosto de 2019.- Un portal de concreto de color blanco con vivos en sepia y algunos motivos mayas, saludan al visitante a la entrada de Kantunilkín, cabecera del municipio de Lázaro Cárdenas, donde viven no más de 30 mil habitantes, según un censo de INEGI de 2018.
Kantunilkín es un pueblo en el que la apacible tranquilidad de sus calles ve pasar los días; lejano al desarrollo, muchos le abandonan para irse a lugares como Holbox, donde la boyante situación económica es ya una tabla de salvación para la golpeada economía de los habitantes de este municipio.
Este sábado, Quadratin Quintana Roo recorrió el lugar donde vive gente amable, que saluda a todos, más aún si es visitante.
Se observan unidades de mototaxis que comparten sitio con taxis que esperan a cuenta gotas a los pocos, muy pocos pasajeros que utilizan el servicio, situación muy diferente a lugares como Tulum, Solidaridad o Benito Juárez.
Sobresale el parque matizado por El Árbol de Hule, que está frente a la Iglesia, y que se ha ganado a pulso el nombre porque ha soportado los poderosos huracanes Gilberto y Wilma “y solo se dobla, pero no se quiebra”, explican los habitantes.
Bajo su sombra, los visitantes se resguardan del sol e intentan guarecerse de la intensa lluvia que inunda las calles.
En el edificio en cuya pared se lee en mayúsculas enormes Casa de Cultura, decenas de jóvenes, hombres y mujeres aguardaban el paso del chubasco y aprovechaban el tiempo para tomarse fotos.
Kantunilkín saludo atisbando el devenir de los días en las rendijas de la desesperanza.
“La economía aquí es el campo”, relata un don y añade: “se cultiva mucho la papaya, la yerbabuena y la albahaca, que algunos llevan a vender a Leona Vicario, en Puerto Morelos, y suponemos que de allí a Cancún, a los hoteles, pero fuera de eso no hay más, los que se quedan en el pueblo, buscan trabajo en la administración pública, donde el sueldo de un colaborador de medio nivel ronda 2 mil 500 pesos”.
Y así, entre la hechizante quietud del sitio, y la desesperanza de sus habitantes, ante un futuro incierto, más incierto por la falta de apoyos de la Cuarta Transformación,
sus habitantes pasan los días, entre el sol de un caribe lejano y las lluvias de un verano que se marcha.
Del desarrollo, ni sus luces.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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