Mente calma

Ese incesante flujo de pensamientos que no terminan nunca. Que se enganchan con lo que fue y con lo que será y que parecen no tener fin. Esa voz que no se calla dentro de ti, que te enjuicia y te dice todo lo que haces mal o cómo tendrían que ser las cosas y no son. Esa autoexigencia infinita que te mueve arriba y abajo.
Lo que necesitas es entrenar tu mente, llenarte de presencia, bajar el ruido interior y subir el volumen de la intuición. Lo que necesitas es a ti.
Tranquiliza tu mente conectándote con el momento presente. Realiza alguna actividad que te ayude a calmarla y volver a ti.
El deporte permite activar la mente y escapar de los problemas diarios. Además, el ejercicio físico vela por el bienestar del cuerpo así como por el bienestar mental, aumentando la creatividad y la concentración.
Si al ejercicio lo acompañas con un estilo de vida más saludable: durmiendo mínimo 7 horas, alimentándote sana y equilibradamente, generando pensamientos positivos y mimando un espacio para ti, probablemente, tu calidad de vida aumente considerablemente y tendrás una mente calma.
Aprende a respirar porque hasta ahora no lo has conseguido. Ha sido la mente quién ha respirado por tí mismo de una manera mecánica. Ejercita tu control. Toma el control no solo de tu cuerpo sino de tu mente para lograr tu equilibrio perfecto.
Una mente calmada comprende, está abierta y no pierde el tiempo en juzgar, sabe ver el lado bueno y hacer el bien. Un cuerpo y una mente serenos saben vivir relajados y confiados.
Cuida tu mente, y recuerda lo que ya hemos dicho en otras tareas: «La vida es el 10 por ciento de lo que sucede, y el 90 por ciento de cómo tú respondes a ello».
Que tengas un bendecido jueves.