Eres el responsable de tu felicidad

La felicidad no es algo que se alcanza, que se tiene, que se logra, no es un destino al que llegar. Cuando tenga una pareja, me case y tenga niños seré feliz. Cuando acabe la carrera y tenga un trabajo seré feliz. Cuando mi esposa o mi esposo sea de determinada manera seré feliz. Cuando mi jefe me valore seré feliz. 

Si para sentirte feliz tiene que ocurrir algo que tiene que ver con los demás, o con las circunstancias externas y los resultados que obtengas tienes muchas probabilidades de no llegar a sentirte feliz. Porque la felicidad no es un destino, sino la actitud con la que caminamos.

Esa actitud, esa felicidad, solo puede regularse desde nuestro interior. Haciendo los cambios internos necesarios para dejar de sentir que todo está en nuestra contra y para poder aceptar que a pesar de las circunstancias negativas, tenemos igualmente la capacidad para ser felices. La resiliencia es, en los momentos más duros de nuestra vida, algo necesario para poder continuar adelante.

Recuerda, asumir la responsabilidad sobre nuestra propia felicidad requiere trabajo, paciencia, perseverancia y si de verdad quieres ser el dueño de tu vida y de tus emociones, ten por seguro que podrás lograrlo.

Eres la persona más importante de tu vida. Invierte ese tiempo en ti. Ten la suficiente perseverancia y la paciencia necesarias para llegar a tener la llave de tu felicidad adquiriendo las habilidades necesarias para lograr incorporar este hábito.
Bendecido viernes.