FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 11 de noviembre de 2018.- Aunque en la mayor parte de la Península de Yucatán los finados se celebran principalmente el 1 y 2 de noviembre y se hace el tradicional Biix, a los ocho días de la visita de las ánimas, en la zona maya de Quintana Roo se prolonga todo el mes de noviembre, y algunas personas les recuerdan cada 20 días siguiendo el Tsolkin, calendario sagrado de sus ancestros.

Pero qué es el Biix, tradición aún vigente y generalizada, también llamada la Celebración de la Octava, con la que finaliza el Hanal Pixán (la comida para ánimas).

El Biix, marca el fin de los ocho días de ocio que disfrutaron los pixanes visitantes, y así como se reciben, se despiden, con los lujos y guisos que se preparan especialmente para su llegada.

Según don Gregorio Vázquez Canché, el 7 de noviembre, antes del biix, también se despide a los niños ánimas y el día siguiente a los grandes.

Entre las comidas que se ofrecen está el sabrosísimo platillo chachak waj, que son tamales de maíz, rellenos de carne de pollo y con abundante achiote, que les dan una tonalidad especial.

Pueden ser pequeños o grandes, cuadrados o redondos, es al gusto de cada familia y por supuesto que se hacen en el pib, horno que se excava en la tierra.

Cabe aclarar que en estas fechas especiales se comen los mukbilpollos, aunque les llaman pibes, pero el pib es solo la técnica maya de hornear bajo la tierra. Así también se puede comer venado, tepezcuintle, jabalí, tejón, tuza o armadillo cocido en pib es algo exquisito, porque el pib les hace jach ki’, es decir, muy sabrosos.

Estas tradiciones mayas de Día de Muertos recogidas por don Gregorio Vázquez Canché, como promotor cultural, desde hace casi dos décadas, siguen vigentes afortunadamente en Felipe Carrillo Puerto y la zona maya de Quintana Roo.

La gente tiene también la creencia de que si alguna persona muere antes o durante estas fechas se le llama o dará el cargo de kuch kib (cargador de velas). Estos recién muertos cargarán con las velas, panes, mukbilpollos y flores de todos los difuntos, algo así como una novatada en el año de su muerte y servirán a los difuntos de mayor antigüedad.

No se pueden recibir como a las ánimas antiguas ni hacerles ofrendas, porque se cree que su alma todavía vaga entre los vivos.

Se esperará hasta el siguiente año para que puedan gozar de la fiesta y de las ofrendas como las demás ánimas.

Dicen los ancianos, que el alma de la persona que acaba de morir es el último de la fila de los difuntos que visitan el mundo de los vivos, por ello es que los muertos más antiguos los hacen sus cargadores, descansarán hasta que otra persona muera en vísperas de los finados y los releve de su carga (kuch).

No hay diferencias ni privilegios, así ocurre sean ricos o pobres, dicen los abuelos y abuelas, de generación en generación, dentro de una cultura de muertos más viva que nunca en Quintana Roo.

La muerte entonces para los mayas no significa el fin de la vida, es un ciclo más dentro del universo.

La muerte es como un largo recorrido en el viaje eterno.

Nada se termina con ella, es una transformación, un cambio de lugar, y se piensa que tal vez la gente se encuentre en este mismo mundo y puede que se reencuentre, pero en un tiempo diferente, según la interesante explicación que hace don Gregorio Vázquez, en su folleto mimeografiado, de la Unidad de Culturas Populares.

En Felipe Carrillo Puerto, corazón de la zona maya, se continúa con la costumbre de despedir a las ánimas con igual entusiasmo, con una nueva y sabrosa ofrenda, con atoles, refrescos, jugos y bebidas espirituosas que preferían los padres, madres, abuelos, abuelas, hermanos, tíos o hijos fallecidos.

En las comunidades se observa que los ricos manjares y dulces de despedida les serán preparados a los pixanes hasta los últimos días de noviembre.

Realmente, los días de muertos son un festejo de ánimas “porque platicamos, reímos y algunos hasta bailamos con ellas, disfrutamos con las ánimas los mukbilpollos, en Yucatán y Quintana Roo, o pibipollos, como les dicen en Campeche; compartimos los chachakuajes y frutas de la época y con todo ello, les preparamos sus bastimentos que ya se llevaron en el Biix, o que se llevarán hasta fin de mes, en su camino de regreso y que les durará hasta el próximo año, cuando nos visiten nuevamente.

Bendita fiesta de las ánimas en la zona maya de Quintana Roo.