Visión Financiera/Georgina Howard
Universo Pyme
Por más que se hace un esfuerzo por distraer la atención de la tragedia de Acapulco, lo que se sigue viviendo es el acontecimiento de destrucción más grande que haya vivido en toda su historia el Puerto.
En Acapulco habitaban aproximadamente 900 mil mexicanos sin contar a los turistas que también fueron damnificados y dejados a su suerte por una improvisación descarada e irresponsable que motivó una autoridad carente de todo compromiso con la ciudadanía. Las autoridades demostraron el valor de su peso y la ausencia de su capacidad y responsabilidad como servidores públicos.
Lo que no podemos hacer los mexicanos que no vivimos la pesadilla del paso de Otis es olvidarlos, dejarnos llevar hacia los distractores que el Gobierno introduce en la opinión pública para que no pensemos ni tengamos en la memoria la falta de compromiso y capacidad de los gobiernos municipal, estatal o Federal.
La desgracia sigue y habremos de conocer capítulos más graves y dolorosos que provocarán daños en vidas que no podrán recuperarse.
Dejo un pequeño relato de un productor de televisión que, varios años antes, luego de haber invertido todo su capital en una serie televisiva que rondaba de las bondades y de la juventud constructiva del Puerto perdió todo porque la autoridad del Puerto jamás tuvo intención de apoyar iniciativas en favor del destino turístico.
Este productor, con lo poco que le quedó de equipo de producción decidió venderlo e instaló primero una tienda de abarrotes y cuando recién había abierto un recinto para beber cervezas en el centro del Puerto, sobre algunas muy pocas mesas, llegó Otis a destruirles todo. Este es un pequeño relato de su tragedia.
“La muy pequeña casa que tenemos o teníamos quedo totalmente destrozada y prácticamente ahí lo perdimos todo; como pudimos salimos de entre los escombros en la mañana como a las 6 horas y nos fuimos al bar, donde gracias a Dios no pasó nada en el local, todo lo destruido fue afuera. Pasamos esa noche ahí pero intentaron entrar a saquear y apenas pudimos proteger la cortina del negocio. En todo Acapulco estaban abriendo negocios por doquier, así que mejor nos fuimos al departamento de Costa Azul donde se rompieron los ventanales, partes del techo de tabla roca, la habitación quedó de cabeza, el baño ni se diga, todo el techo del baño se vino abajo. En fin, tardamos cuatro días en sacar escombros y medio dejar habitable el departamento, pero lo peor apenas comenzaba. Los actos de rapiña se convirtieron en asaltos, comenzaron a entrar a las casas, comenzó a escasear la comida, ya no teníamos casi nada de agua. Fue una locura, así que como pudimos agarramos dos mochilas de espalda con lo más básico y nos fuimos al aeropuerto la semana pasada, y de ahí nos sacaron a la Ciudad de México y con lo que traía en efectivo a la mano gracias a Dios nos alcanzó para venirnos a Guadalajara donde vive mi madre y un hermano y nos han acogido con mucho cariño.
“No pienso regresar a Acapulco hasta que se normalice la situación porque hay mucha violencia en el Puerto. Están asesinando a las personas para quitarles 100, 200 pesos. Si no traen dinero, los matan por no llevar dinero que robarles. Nadie sabe nada de lo que sucede en Acapulco porque no quieren que se sepa que no tuvieron ni capacidad ni intenciones de ayudar a la población afectada. No tuvimos gobiernos que tomaran en sus manos la situación y las controlaran. La tragedia ha sido maximizada por la falta de compromiso y de capacidad de nuestras autoridades”
Ahí va la tragedia. Quienes viven en zonas costeras como en Quintana Roo, donde la cultura de la seguridad ciudadana está mucho más arraigada, un huracán categoría 5 no dejará de hacerles daño pero no causará los estragos que dejó a su paso en Acapulco y varios municipios más, donde el acontecimiento meteorológico llegó encontrando las puertas y ventanas abiertas de par en par.
Que no se nos olvide Acapulco. No merece que le hagamos eso además de lo que tienen que padecer por la ineficiencia e indiferencia de sus autoridades.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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