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Fortalece Atenea Gómez compromiso ambiental
FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 11 de noviembre de 2019.- La estrategia fue una muestra de que los peores tiempos del neoliberalismo están por venir. Al enterarse los responsables de su logística de que el agua para los camotes no estaba lista se adelantaron días antes de la llegada del señor López al corazón de la Zona Maya de Quintana Roo para preparar su llegada y recibimiento.
Y no, no pudo hacer en Carrillo Puerto aquel teatrito de “que levante la mano los que estén de acuerdo con el tren”. Tuvo que dejar para los últimos segundos de los 50 minutos de su discurso para arriesgarse a preguntar quiénes están en contra y quiénes a favor del tren maya.
Y se arriesgó a quedar mal, pues minutos antes había ordenado al encargado del INPI, Adelfo Regino, que hiciera la consulta a todos los pueblos y pronto.
Palabras más palabras menos dio la instrucción porque no quiere que el proyecto se suspenda luego por culpa de quienes interpongan amparos.
Son una cosita esos conservadores, dijo el ex dirigente de Regeneración Nacional, dan lata, no conocen el sureste. Así parloteó en Yucatán, Quintana Roo y Campeche en las concentraciones organizadas a modo.
Claro que al hacer su pregunta reservada para el final en su mitin de Carrillo Puerto todos aprobaron levantando las manos, pero fueron todos los funcionarios estatales, municipales, diputados, presidentes municipales, burócratas, los siervos de la nación y sus beneficiarios con tarjetas de bienestar que le pusieron frente a la tarima principal.
Sí, todos ellos, acomodados estratégicamente en las primeras filas porque a los que con frecuencia llamaba “Pueblo Sabio”, estaban al fondo y a los lados del enorme auditorio con sus cartulinas y pancartas de protesta, incluso los que recibieron facilidades como transporte público gratis para ver al Presidente se quedaron muy lejos de la tarima principal.
Bueno, hasta el general y sacerdote mayas del centro ceremonial de Tixcacal Guardia tuvieron que quedarse junto a los camarógrafos y periodistas porque una de las tantas vallas instaladas como filtros les impidió, como a otros cientos de los del Pueblo Bueno y Sabio acercarse más al Sr. López.
Los operadores institucionales hicieron al menos cuatro reuniones previas a su llegada a la antigua capital maya rebelde desde donde los mayas masewales gobernaron medio siglo lo que hoy es Quintana Roo.
Se reunieron con dirigentes ejidales para contener de alguna manera exigencias como la del pago de seguros por la pérdida de milpas debido a la sequía, la exigencia del pago de las indemnizaciones que les debe desde hace años la SCT por afectaciones a sus territorios.
Se hicieron también reuniones con ejidos forestales con el gancho de que podrían vender al gobierno durmientes, millones de durmientes, para el tren maya. Y un día antes, el INPI intentó reunir de nuevo a autoridades ejidales, comunitarias y dignatarios mayas para elaborar con sus peticiones una “propuesta regional”, intento que solo pudo lograr que apenas 11 de más de 300 jefes mayas de centros ceremoniales participaran en la reunión realizada en el centro coordinador indigenista de Carrillo Puerto.
Por supuesto que ya se sabía, que ante la incapacidad de controlar malestares en los municipios morenistas, cientos de personas entre colonos, ejidatarios y médicos llegarían con sus quejas al centro del estado para aprovechar el llamado “diálogo del Presidente con pueblos indígenas”.
Con un contexto así era evidente, para el experimentado político y tres veces candidato a la presidencia, que el agua para cocer los camotes estaba aún fría.
Los ganones fueron los priístas que movilizaron a muchas familias del estado para exigir indulto y libertad para su líder Mario Villanueva, se hicieron ver y oír tanto, que el Presidente tuvo que decirles a ellos que sí, que se liberará al ingeniero y ésto no impidió a los beligerantes villanuevistas unirse al coro que abucheó al diputado Luis Alegre, a quien, por cierto, el Presidente de la República salvó literalmente de los ¡fuera Alegre! que gritaban en su contra.
Cuando arreciaba el abucheo contra el diputado, el Sr. López, sin esperar a que fuera presentado solemnemente por los conductores del programa, tomó de pronto el micrófono e inició su alocución que duró una hora menos diez.
A estas alturas del no diálogo, las ovaciones y aplausos ya se las habían llevado el Gobernador, el Presidente Municipal y el mismísimo general maya José Isabel Sulub, a quien –por cierto– acomodaron en un deshonroso lugar del presídium lejos del Presidente. Y hubo otra ovación casi similar cuando se comprometió a liberar al exgobernador preso.
AMLO supo medir el agua a los camotes y comprobó que no está lista.
Le fue mejor en Yucatán y Campeche, donde sus operadores en Temozón y Xpujil lograron armarle una mejor atmósfera y aseguraron la transportación de adictos que supieron vitorearlo bien y como le gusta, así, libres con la mente en blanco, que levantaron la mano como se pudo ver en las transmisiones oficiales desde Xpujil y que en aclamación aceptaron el tren maya.
Pero en Quintana Roo, sus operadores le fallaron, ni siquiera a los 11 dignatarios pudieron poner frente al Presidente, solo acomodaron a la clase política.
Sus asesores tampoco le informaron bien de la historia del pueblo maya masewal, no le dijeron que gracias a los mayas existe Quintana Roo y una de las reservas de la biósfera más importante del continente: Sian Ka”an, en fin, ya tendrán tal vez otra oportunidad.
En Carrillo Puerto quedaron sin respuesta peticiones que se integraron un día antes en la asamblea organizada por el INPI, entre estas algunas como que la administración de zonas arqueológicas de la entidad esté en manos de comunidades indígenas, que en el proyecto de tren maya no se repita la historia de beneficiar solo a empresarios y no a los pueblos originarios, le pidieron la revisión del decreto federal de creación de la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, que es territorio maya y dicho decreto impide que el municipio maya de Carrillo Puerto tenga acceso a sus costas y recursos marinos, etc.
La organización de ejidos mayas forestales, que con su programa de manejo cultivan la selva desde hace casi 40 años, le ofreció fabricar los tres millones de durmientes que requiere el tren y tampoco merecieron mención alguna en su largo discurso, parece ya hay compromiso entonces de comprarlos a empresas privadas que los fabrican con ferrocemento.
No Sr. Presidente, la zona maya masewal sigue siendo la excepción y aquí, el agua no está todavía lista para sus camotes.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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