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FELIPE CARRILLO PUERTO, QRoo, 30 de abril de 2019.- Los gobiernos, los candidatos y candidatas de las diversas coaliciones y partidos hoy en campaña siempre le quedarán debiendo a la niñez maya.
La deuda histórica que se tiene con los pueblos indígenas, tan citada por viejos y nuevos políticos, es mayor tratándose de la niñez indígena.
Sin políticas públicas que procuren alcanzar los llamados objetivos de desarrollo sostenible, los menores de edad seguirán viendo como algo normal la pobreza que viven.
La niñez indígena en el sureste sufre miseria y hasta violencia.
Especialistas dicen que mantener en niveles de sobrevivencia a los niños de hoy es asegurar la existencia de clientela electoral para los próximos decenios.
Las niñas, niños y adolescentes indígenas en México constituyen la población con mayores carencias y el menor grado de cumplimiento de sus derechos fundamentales.
Hay casi 15 millones de indígenas en el país, pertenecientes a 62 grupos étnicos, los más extendidos son los náhuatl y los mayas.
El 76.1 por ciento de la población indígena vive en pobreza y los estados con mayor número de indígenas son los del sur y sureste del país con un total de 7.3 millones.
La mayoría de las casi 25 mil comunidades indígenas suelen ubicarse en zonas de difícil acceso, lo cual repercute en la exclusión escolar y en el incumplimiento de otros derechos de los niños indígenas.
Según el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) 36 por ciento de los niños indígenas entre seis y 14 años de edad trabajan, el doble que el promedio nacional calculado en 15.7 por ciento.
Muchos de ellos llegan con sus padres a Quintana Roo en busca de lo que no tienen en sus entidades y a ellos se suman migrantes centroamericanos también de origen indígena.
Ninguno de ellos, niños y niñas, decidieron vivir donde hay falta de trabajo, miseria e inseguridad, los llevaron sus padres, y en muchos casos llegaron sin ellos pues ya habían sido víctimas de la violencia institucional o delincuencial.
Si en 2012 más de 50 por ciento de la población de cero a 17 años se encontraba en situación de pobreza en México, es decir 21 millones de niñas, niños y adolescentes presentaban carencias en el ejercicio de al menos uno de sus derechos sociales y vivían en hogares sin dinero para adquirir los bienes y servicios, actualmente, en esta celebración del Día del Niño la situación sigue sin solución.
Y es que la pobreza en la infancia tiene características específicas que le dan un sentido de urgencia: la probabilidad de que se haga permanente es más alta que en el caso de los adultos, al igual que la posibilidad de que se reproduzca en las siguientes generaciones.
Las consecuencias negativas que ocasiona la pobreza son irreversibles lo que hace dudar que las niñas, niños y adolescentes tengan asegurado su derecho al desarrollo con paz, justicia y dignidad, al menos si todo continúa como esta en la Península de Yucatán y en Quintana Roo.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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