CANCÚN, QRoo, 25 de julio de 2021.- Lo merece y lo necesita.

Un gobierno con la capacidad y fuerza para convocar a un gran acuerdo nacional que sume energías y compromisos para abatir irreversiblemente a la pobreza que sigue siendo un distintivo lacerante en nuestro territorio.

Un gobierno con la voluntad de trabajar de cerca con los agentes de la producción conciliando voluntades para establecer las bases de un México que avanza y que marca los ritmos que podrán y deberán seguir futuros gobiernos en función de un plan maestro que haya sido acordado entre la sociedad y los factores de la producción.

Un gobierno que no renuncie a marcar los ritmos y territorios en los que se debe invertir, privilegiando aquellas regiones que se distinguen por contar con el grueso de la pobreza y ausencia de oportunidades para los mexicanos que en ellas viven.

Un gobierno de izquierda que le apueste definitiva e irrenunciablemente a la unidad de todos y todas las mexicanas y que se comprometa firmemente a que la movilidad social sea una nueva realidad en México, un territorio en donde quien nazca pobre no deba de morir en la misma condición.

Un gobierno que sea capaz de detonar proyectos en función de la posibilidad que cada región ofrezca para el aprovechamiento integral de las vocaciones de esas partes territoriales del país, generando condiciones atractivas para que las inversiones, nacionales y extranjeras, se establezcan en ellas, ofreciendo ventajas temporales a las empresas y proyectos que generen empleo formal bien pagado con la ventaja de ser acompañado por permanentes proyectos de capacitación que mejore el talentos y capacidades de los trabajadores.

Un gobierno que definitivamente marque en la salud y educación para todos el compromiso de no castigar presupuestalmente a estos sectores independientemente de que pudieran llegar momentos económicos nacionales o internacionales adversos.

Salud y educación de primer nivel debe ser condición irrenunciable y tarea obligada del gobierno mexicano.

Un gobierno que decide acercar a las Universidades públicas o privadas en los grandes retos de innovación que se plantea en las empresas de diversos tamaños.

Un gobierno que le apueste a la ciencia y que mantenga siempre bien atendidos y escuchados a los científicos de la Nación y que los mantenga en nuestro territorio produciendo conocimiento en beneficio.

Un gobierno que ponga a trabajar a la banca de desarrollo para que apoye aquellos proyectos o cadenas productivas que pueden insertarse con mejores oportunidades de éxito en los escenarios globales, que distingue a las empresas en función de su capacidad de respuesta de calidades para facilitarles sus ingresos a la proveeduría de los mercados globales.

Un gobierno de izquierda que acerque a sus empresas a las mejores prácticas de calidad mundial, en beneficio no solo de sus rendimientos y desempeños financieros, sino de la población y empresas a las que atienden.

Un gobierno que acerque y acepte la posibilidad de que las empresas estatales se puedan asociar y vincular como socios con empresas privadas nacionales y extranjeras para poder adquirir las mejores prácticas en beneficio de los productos o servicios que se ofrecen a la sociedad.

Un gobierno de izquierda que acerca a las empresas a los mercados globales en donde puedan ser capaces de triunfar, ofreciéndoles las capacidades para crecer y consolidarse.

Un gobierno que crea en el joven que emprende y que sabe que tiene capacidades destacadas para ser no solo un empleado ejemplar sino también empresario, que arriesga y es capaz de llevar a sus últimas consecuencias sus sueños.

Un gobierno que reduzca la migración de nuestros jóvenes para propiciar que esa fuerza generadora de riqueza juegue en beneficio de su país de donde no quieren alejarse.

Un gobierno de izquierda para el que el respeto al marco del Derecho sea siempre un deber obligado e inflexible.

Porque merecemos un México así, justo, rico, con seguridad y capacidad de albergar y generar las condiciones que sus hijos requieren para crecer al ritmo que lo haga esta hermosa nación.

Claro que merecemos un gobierno de izquierda ¿Por qué no?