Apología del delito, Puro Sinaloa, la foto de AMLO con El Komander en Culiacán

Hugo Páez

El autor de narcocorridos quedó purificado con la foto presidencial, todos los esfuerzos de los activistas anti crimen y contra la narcocultura quedaron hechos añicos.

Prepárese para escuchar en la conferencia de este jueves la explicación del porqué decidió Andrés Manuel López Obrador bajar de su camioneta en Culiacán, y además de tomarse la foto con los hijos de Alfredo Ríos El Komander, lo llamó para acercarlo a escena.


Seguramente algún pasaje de la Biblia habla de que todos somos hijos del Señor, y ninguna alma descarriada, inclusive el cantautor de narcocorridos, ícono de la narcocultura de Sinaloa, es parte de ese rebaño.


Por supuesto que después de la fotografía presidencial quedó purificado el historial de El Komander, los ahí presentes le gritaron al presidente “¡En Sinaloa te queremos!”, y todos los esfuerzos de los activistas anti crimen organizado que poco a poco trataban de revertir el efecto terriblemente dañino de la narcocultura en el Triángulo Dorado, quedaron hechos añicos.


Hubo un momento en que la letalidad de esa subcultura unió a estaciones de radio para suprimir de su programación la música que hace apología del delito, de este playlist formaban parte los narcocorridos de El Komander.
Indudablemente Alfredo Ríos tiene todo el derecho a la libertad de expresión para componer y cantar lo que se le pegue la gana, sin embargo, y como dice López Obrador de los conservadores: “lo peor es su hipocresía”.


Esa doble moral vemos en la conferencia mañanera cuando, un día sí, y otro también, cuenta historias de Genaro García Luna, preso en Estados Unidos por presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa, sin aportar prueba alguna, pero con toda la mala intención de lincharlo junto a su ex jefe Felipe Calderón Hinojosa.


En otras visitas con el gobernador Quirino Ordaz Coppel, López Obrador se acercó hasta la camioneta de Consuelo Loera, madre de El Chapo Guzmán Loera para saludarla y avisarle que “ya había recibido su carta”.

Recuerdo que en una de las conferencias mañaneras, se atrevió a decir: El Chapo, para de inmediato rectificar con la frase: “El señor Guzmán Loera”.
Esta hipocresía teorizada con la frase “el fin justifica los medios” tiene a Emilio Lozoya Austin en libertad real y detención virtual en una zona confort y trato que sería la envidia de Pablo Escobar Gaviria en la cárcel que se auto diseñó y construyó llamada La Catedral, al sur de Medellín Colombia.


A López Obrador se le ve por Sinaloa sin preocupación alguna, se siente completamente seguro después de que el Ejército dejara en libertad a Ovidio Guzmán López, hijo de El Chapo, por orden suya en el vergonzoso capítulo llamado El Culiacanazo.


Así lo confesó en una de las mañaneras, y eso lo impulsó en el rating de la narcocultura sinaloense, donde esta mañana el gobernador Quirino Ordaz confesó que había destinado 800 millones de pesos -le llamó ‘su legado’- a construir una mega obra para el Ejército llamada El Sauz ¿premio a qué, después del Culiacanazo?


¿Debemos pensar que si estuviese terminada esta obra de dinero sinaloense antes del operativo para capturar a Ovidio, no lo hubieran soltado, estaría en el Altiplano, o en Puente Grande, o extraditado…?


A conciencia o no, la fotografía de Andrés Manuel con El Komander y sus hijos es la burla en las benditas redes sociales, y recuerda esos días de Colombia donde los cárteles dominaron al país.