Metepec: el encanto del más pequeño Pueblo Mágico
CANCÚN, QRoo, 26 de octubre de 2020.- Los huracanes son el fenómeno natural que más inquieta a Quintana Roo.
Si bien es cierto que existe cultura de prevención, también hay ignorancia por parte de turistas y de nuevos habitantes sobre qué hacer a su llegada.
Lo más peligroso de los huracanes son sus vientos, que pueden levantar objetos y lanzarlos como proyectiles a los seres vivientes.
Al emitirse las alertas todos los adultos responsables deben actuar y seguir indicaciones de autoridades.
Pero qué se hace ante un huracán, cómo se vive depende del lugar y si se está cerca o lejos de la costa.
En este octubre, Gamma llegó con mucha lluvia; luego vino Delta que se dio el lujo de tirar todos los árboles que pudo, y aún sin acabar de recogerse la basura vegetal, y con los bolsillos gastados por los preparativos, se forma Zeta e impacta.
Cada municipio trabaja a marchas forzadas, retira basura, destapa pozos de absorción, pero a veces ante tanta lluvia eso no es suficiente.
Desde su casa, está vez, Guadalupe a sus ocho años de edad, vivirá otro huracán.
Esta vez, a diferencia de Delta, sus papás no resguardaron tanto, “porque es categoría uno”, pero ya están en su casa.
Desde la ventana ve como se dobla su moringa, siente como cimbran las puertas y ventanas.
Tiene curiosidad porque ya es alerta roja y quiere ver qué pasa, pero también tiene temor.
“Lo que no me gusta es que se vaya la luz y no haya Internet y que nos suspenderán el agua, espero que no pase como Delta que no sabíamos nada de nada”, dice mientras las nubes se han posado sobre lo que hace unas horas era el cielo azul.
“Los huracanes son enfadosos, a veces mi mamá se pone a rezar mientras mi papá solo me aleja de la ventana y me dice que hay que esperar y esperar”.
Su mamá ya cerró el gas, tienen galletas, queso y frijoles, eso comerán este día. Ella se quedó sin trabajo por el Covid 19 y su papá es empleado de gobierno.
Delta tiró en frente de su casa un “arbolote” y ahora Guadalupe no sabe qué depara Zeta, pero con Delta, nos dice, se metió el agua por sus puertas y ventanas.
“Dicen que pasará rápido”, se consuela, su rostro refleja ansiedad y cierta angustia: oye cómo ruge Zeta, agrega, con ese asombro de niño.
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Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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