CANCÚN, QRoo, 6 de octubre del 2018.- Ubicado en una céntrica zona de Cancún, al cruzar su reja, el Parque Kabah ofrece al visitante un sinfín de atractivos.

De forma gratuita, se pueden observar tortugas y el gran cocodrilo, así como admirar la riqueza cultural de su pequeño museo y sus obras artísticas.
Todo en el Parque Kabah es exuberante: sus gigantescas ceibas, las caprichosas formas de las flores, lo sinuoso de sus senderos solitarios, en los que el humano se pone en contacto con la selva.
Toparse de vez en vez con ardillas, iguanas o coatíes, tan acostumbrados de ver humanos que descaradamente piden alimento es otro show.


Dentro, hay también banquitas para descansar y juegos para que los peques disfruten un día de campo espectacular.
El murmullo de sus aves hace olvidar que el parque es apenas un lunar en esta gran ciudad que es Cancún.
Destaca, la zona donde está el campo chiclero y los altos árboles de chicozapotes de donde desde tiempos ancestrales extraían los mayas la resina.
Los extensos senderos de selva natural resguardan especies en riesgo de extinción que viven libres.


Los simpáticos tejones y la gran diversidad de aves hacen de este parque ecológico un lugar donde el hombre puede ejercitarse y al mismo tiempo respetar y cuidar la biodiversidad.
El Parque Kabah es el sitio de recreo ecológico y el pulmón de Cancún,
donde viven iguanas de gran colorido y de casi un metro de largo, y se dejan admirar con una despreocupación que espanta.


Es, sin duda, un lugar envidiable en el mundo y sin embargo, menospreciado por los cancunenses.