Sigue Atenea Gómez transformando Ciudad Mujeres
TULUM, QRoo, 16 de mayo de 2019.- Antediluvianas visitantes de las playas de Tulum, las tortugas marinas tienen en los 70 kilómetros de playas del noveno municipio las zonas de más alta de incidencia de anidación en esta temporada, que comenzó oficialmente en mayo y que debe terminar en noviembre.
En el Caribe Mexicano anidan cuatro especies distintas: la tortuga verde o blanca que es la más numerosa, seguida por la tortuga caguama y luego la carey, ya muy escasa, e incluso la tortuga laúd de la que llegan muy contados especímenes: todas en grave peligro de extinción.
Su pesca y caza desmedida, así como el consumo de sus huevos, fueron un factor que en el pasado hizo declinar drásticamente sus poblaciones, pero, superados esos problemas, existen otros -quizá incluso más graves- aunque menos notorios, o quizá mucho más; pero absolutamente impunes.
Las tortugas necesitan de un silencio y una oscuridad constante para que puedan animarse a salir del mar y recorrer varios metros en las blancas arenas donde en las dunas, ahora ya casi desaparecidas, depositan sus nidadas que incluyen entre 100 y 200 huevos, que luego de un par de meses van a eclosionar y pequeñas tortuguitas, de las que únicamente una de cada mil llegan a la edad adulta para poder volverse a reproducirse, salen para ir al mar.
Las condiciones de tranquilidad están rotas casi por completo en la zona de playas de la cabecera municipal de Tulum y aunque los esfuerzos de conservación que ha emprendido el Parque Nacional Tulum es digno de encomio, algo fuera de control sucede en las playas de lo que es la zona hotelera: unos 10 kilómetros de arenales llenos de ruido, luces e incluso reflectores de miles de lúmenes dirigidos directamente hacia el mar.
Eso es,precisamente, el caso del restaurante y club de playa Taboo; el preferido de los políticos locales donde incluso recientemente celebró su cumpleaños la esposa del presidente municipal Víctor Mas, y de varios otros ediles y directoras y directores del Ayuntamiento.
El club de playa Taboo, ubicado en el kilómetro siete de la carretera Tulum Boca-Paila, apenas hace unos meses fue motivo de noticia al divulgarse la destrucción de duna costera con maquinaria pesada, algo que ocasionó que a regañadientes fuera clausurado por la Dirección General de Desarrollo Urbano y Ecología del municipio y luego tuvo otra clausura, casi simbólica, de parte de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Las clausuras pese a las cuales la destrucción ha continuado de manera soterrada no han servido de mucho, e incluso actualmente y durante toda la noche el restaurante y club de playa Taboo mantiene encendidos unos poderosos reflectores que directamente dan frente al mar además de una hilera de camastros que se mantienen colocados las 24 horas del día y que en caso de que hubiera oscuridad también serían obstáculo para las tortugas.
La situación que prevalece en el club de playa Taboo debiera ser objeto incluso de la revocación de la concesión de Zofemat, y de la operación misma del restaurante y club de playa, según las indicaciones de la Norma Oficial Mexicana NOM-162-SEMARNAT-2012, específicamente en el capítulo cinco de especificaciones generales sobre todo los numerales 4.3 al 4.5. ( https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5286506&fecha=01/02/2013 ).
Desgraciadamente en Tulum, las autoridades municipales que debieran ser las primeras en tomar nota de una irregularidad que además les compete, están obligadas a hacer del conocimiento de las instancias estatales y federales este tipo de irregularidades, se mantienen omisas de forma permanente, incluso cuando su negligencia afecta el entorno y la sobrevivencia de especies en peligro de extinción como las tortugas marinas.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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