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Tendrá Playa del Carmen el Primer Festival Internacional de Teatro
SOLIDARIDAD, QRoo, 13 de enero de 2019.- Es posible remontar nuestras primeras observaciones del cielo nocturno hasta poco más de un millón de años, cuando los homo erectus se erguían hacia las alturas buscando respuestas: ¿Qué son esos puntos brillantes?, ¿Acaso la muestra lejana de otras tribus dominando el fuego?, ¿Por qué todos, excepto un puñado, permanecen inmóviles con el pasar de las generaciones?, ¿Serán dioses o cosas eternas mucho más importantes y trascendentes que nosotros?
Ante la incertidumbre, muchas culturas decidieron temerle a la noche y a sus faros, creando historias míticas sobre hombres y mujeres desafiando a los dioses o sobre monstruos y animales rondando el cielo de vez en cuando.
Pero también, algunos se atrevieron a plasmarlo en muros de cuevas, tablillas de barro, pieles y papel.
Los primeros mapas celestes se han perdido en el tiempo, pero tenemos indicios de que los babilonios regularmente esculpían piedras en las que representaban las estrellas hace unos cuatro mil años.
Con el paso del tiempo, el temor y la contemplación dio lugar a algo más importante. Algunos buenos observadores notaron que los astros podrían ser usados para medir el tiempo, que había ciclos en las fases y posiciones de la luna, el sol y las estrellas, similares a los encontrados en la vida regular.
Registrar y anticipar, usando el firmamento se volvió trascendental en la supervivencia de los pueblos: la agricultura, que es la base de las sociedades, se desarrolló exitosamente gracias al conocimiento de tal o cual grupo de estrellas que salía o se ocultaba por el horizonte.
Es difícil entender por qué casi todas las culturas antiguas asociaron deidades y leyendas míticas a los objetos celestes. Sin embargo, de entre todas las civilizaciones, los griegos pensaron de manera distinta: se preguntaron sobre toda la naturaleza y propusieron explicaciones que no incluían espíritus o dioses, o por lo menos no dejaron en éstos toda la responsabilidad.
Poner en duda lo establecido y cuestionarlo todo, fueron algunas de las semillas de la ciencia moderna. Desde entonces hemos recorrido un gran camino.
Hoy en día, estudiamos el Universo con tipos de luz más allá de la que podemos captar a simple vista. Imágenes en luz infrarroja, ultravioleta, ondas de radio, rayos X y rayos Gamma nos dan cuenta de estrellas, planetas, lunas, nebulosas y galaxias lejanas.
Hemos alcanzado un nivel de conocimiento científico sin precedente en la historia humana y ahora somos capaces de trazar el origen mismo de las cosas.
Así, nuestro universo, el real, nos ofrece paisajes mucho más interesantes y hermosos, mucho más fantásticos y poderosos que los dioses y demonios que podemos crear con nuestra imaginación.
En el Planetario Sayab de Playa del Carmen, cabecera de este municipio, se comparte el entusiasmo por conocer y entender el Universo:
Cuenta con un domo digital para proyectar el cielo a tiempo real y conocer el nombre de las estrellas y sus constelaciones, así como parte de la mitología.
Mediante simulaciones computacionales, es posible viajar por el Sistema Solar, visitar estrellas al otro lado de la Vía Láctea e incluso galaxias mucho más lejanas.
Las funciones son en formato full dome y representan atracciones únicas en toda la Riviera Maya.
En ningún otro lugar de Quintana Roo se llevará al visitante tan lejos en el tiempo, el espacio y la imaginación, como en el domo digital del Planetario Sayab de Playa del Carmen.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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