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CDMX, 7 de agosto de 2019.- La Asamblea Consultiva del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) condenó los sucesos ocurridos en El Paso, Texas, el pasado 3 de agosto, donde perdieron la vida 22 personas, entre ellas ocho mexicanos, pues constituyen un crimen de odio y un atentado terrorista.
Subrayó que “la exigencia del gobierno de México de protección material y legal de nuestros connacionales, así como la de cualquier persona inmigrante, debe ser acompañada de la exigencia de que cesen las hostilidades, los sesgos, los prejuicios, la discriminación y el discurso de odio tanto hacia las personas extranjeras, como hacia las ciudadanas estadounidenses de ascendencia extranjera.”
Asimismo, externó su preocupación de que “en México ha comenzado a gestarse un fuerte sentimiento de xenofobia en contra de las personas migrantes que atraviesan nuestro territorio en busca de ingresar a los Estados Unidos.
Día con día se extiende, además, un clima de polarización ideológica que, de no modificarse, corre el peligro de normalizar actos violentos, como de hecho ha sucedido ya en contra de estas personas migrantes, de la comunidad LGBTI, defensoras de derechos humanos, ambientalistas, y periodistas, para mencionar sólo algunas.»
Sobre los hechos ocurridos en El Paso, Texas, indicó que el acto de asesinar indiscriminadamente a clientes de un establecimiento comercial por su ascendencia étnica y nacional representa indudablemente un crimen de odio; pero es también un ataque terrorista.
Señaló que si bien el uso de la violencia fue resultado de la decisión de un solo atacante, es indispensable recalcar que estos hechos ocurren en el marco de la generalización y normalización de un discurso de odio de los llamados “supremacistas blancos”, en contra de las personas inmigrantes así como de ciudadanas estadounidenses de ascendencia extranjera.
En un entorno en el que incluso el presidente de los Estados Unidos identifica a las personas que profesan cierta religión, o a las que proceden de ciertas regiones, como amenazas a la seguridad de su nación; cuando interpela a algunas congresistas nacidas en el país que “regresen” a sus “lugares de origen”, es natural que ciertos discursos, que en otros tiempos fueron marginales, ocupen ahora el centro de la atención. Mencionó que este ambiente facilita la normalización de prejuicios y estereotipos, así como las conductas discriminatorias basadas en éstos.
En última instancia, se favorece que determinados individuos sientan la libertad de cometer crímenes de odio y atentados terroristas por motivos raciales, étnicos, religiosos o de otra índole.
No es casual el brutal incremento de crímenes de odio en Estados Unidos desde que Trump asumiera la presidencia hace dos años y medio. Por ello, no basta exigir que se aplique todo el peso de la ley en contra de quien ha perpetrado este asesinato masivo o de quienes han estado cometiendo crímenes de odio en los últimos meses y años.
Destacó que es necesario elevar la voz para alertar a la sociedad de estos signos perturbadores en nuestro medio, a la par que reforcemos nuestra demanda a los medios de comunicación, a las instituciones y a las autoridades competentes, para redoblar esfuerzos e impedir que en México se generalicen y acepten los discursos de odio.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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