CANCÚN, QRoo, 12 de noviembre de 2019.- El asilo político por razones humanitarias, anunciado con bombo y platillo por el gobierno de la Cuarta Transformación, al expresidente boliviano causó molestia en neoliberales fifis –como les llama el presidente Andrés Manuel López Obrador– que no avalan su decisión, argumentando que los recursos que le destinará a Evo Morales y a gran parte de su gabinete y familias apoya un fraude electoral y debería enfocarse a atender la pobreza existente en Guerrero, Oaxaca o Chiapas o a otros asuntos internos urgentes.

Señalan que hay nueva escasez de medicamentos y sigue la pésima imagen de inseguridad por el caso Culiacán.

“Será que quisiera que así le apoyen sus amigos si llega a pasarle en México”, cuestionaron.

Otros más, coinciden en que el mal llamado socialismo “casi dictadura” del expresidente indígena, es avalado por el Presidente de México, que decidió apoyarlo en boca de su secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard y confirmado por su secretaria de Gobernación, Olga Sánchez.

Pero más allá de ese malestar, las naciones de primer y tercer mundo opinaron respecto al incidente histórico de este domingo 10 de noviembre en Bolivia:

Golpe de Estado o no, para sus amigos en el poder lo fue, pero para otras naciones lo de Bolivia es algo que se veía venir ante las acciones irregulares de Evo Morales y se deja al aire la pregunta: “Daría asilo México también a Nicolás Maduro”.

Cuba, por ejemplo, condenó el golpe de estado y mandó su solidaridad “al hermano” presidente Evo. Le dijo que no estaba solo, pero confío a que otro país “también hermano” como México diera asilo y cubriera los gastos.

Nicolás Maduro aprovechó la ocasión para “llamar a los gobiernos, líderes, movimientos políticos y sociales del mundo” a rechazar las acciones de los detractores de Evo, pero hasta ahí. Tiene su país un clima de desagrado social tan complejo por su impuesto régimen, que se mantuvo completamente al margen de ofrecer asilo.

Nicaragua condenó enérgicamente lo que sucedía a la hermana República Plurinacional de Bolivia, y expresó su rechazo y repudio a las prácticas que ignoran la constitución de ese país. Pero también se enfocó en su problema migratorio y pobreza social que afecta casi a 90 por ciento de sus habitantes. No fue más allá ni tampoco hablo de asilarlo.

Uruguay condenó el hecho sobre todo porque pocas horas antes Evo Morales anunció la convocatoria a nuevas elecciones y posteriormente dimitió. Hasta ahí, su comunicado.

Para Argentina y Rusia fue un hecho condenable por ser similar a un golpe de estado. Palabras más, palabras menos, no le invitó a sus países.

Naciones como Estados Unidos, sustentados en la auditoría de la Organización de Estados Americanos (OEA) de las elecciones del 20 de octubre en Bolivia y las irregularidades halladas indicaron que el hecho es parte de una exigencia democrática y condenaron implícitamente el que Evo Morales hubiera decidido imponerse como presidente.

“La renuncia del presidente de Bolivia, Evo Morales es un momento significativo para la democracia en el hemisferio occidental. Tras casi 14 años y su reciente intento por anular la constitución boliviana y la voluntad del pueblo, la partida de Morales preserva la democracia y allana el camino para que las voces del pueblo boliviano sean escuchadas. Estados Unidos aplaude al pueblo boliviano por exigir libertad y al ejército boliviano por acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la constitución de Bolivia”, destacó el comunicado del presidente estadounidense Donald Trump dado a conocer en la Casa Blanca.

Brasil, en tanto, celebró que habrá nuevas elecciones, “democracia y transparencia”.

Colombia exhortó a los bolivianos a un cambio pacífico en apego a su constitución.

Para Ecuador fue claro el fraude en las urnas por lo que les exhortó a un restablecimiento pacífico y democrático de su nuevo gobierno.

Perú, de forma similar, avala lo anunciado por la OEA, y muestra sus votos porque logren una institucionalidad democrática y celebren elecciones generales con garantías de transparencia con el acompañamiento de instancias internacionales.

Guatemala y Honduras, en su oportunidad, esperan un proceso electoral, transparente, que permita el pronto retorno a la democracia sin usar la violencia.

La Unión Europea se ha manifestado porque en Bolivia impere la democracia y la legalidad en un clima maduro y pacífico.

Ante ello, personajes de oposición a la 4T preguntan al Gobierno de México si una vez que se den las elecciones y se elija gobernante democrático en Bolivia, respetarán la decisión de los habitantes de ese país y si en caso de que la justicia llame a cuentas a Evo Morales, seguirán apoyándolo con el asilo político que ofreció el “bonachón y bondadoso” Estado Mexicano, que da hasta la cobija por sus vecinos, aunque en su casa se mueran de hambre.