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CANCÚN, QROO, 13 de marzo de 2021.- La pandemia de COVID 19 también tendrá consecuencias ambientales, y el protagonista será el cubrebocas desechable. Un estudio de la Universidad del Sur de Dinamarca advierte que estos instrumentos, esenciales en la contención de contagios, están hechos a base de microfibras plásticas, uno de los contaminantes más complicados de combatir en la luca contra el cambio climático.
Se calcula que, en todo el planeta, se desechan tres millones de cubrebocas por minuto. En un mes, en condiciones de pandemia, se pueden acumular desechos que significan hasta 128 mil millones de cubrebocas.
El autor del estudio, Elvis Genbo, advierte que, a la hora de ser desechados, los cubrebocas no son considerados plásticos. Si la forma en que se tiran a la basura no se modifica, advirtió el investigador, se pueden volver una amenaza grave para el medio ambiente.
Genbo, que elaboró el estudio en coautoría con Zhiyong Jason Red, de la Universidad de Princeton, explicó que los cubrebocas no son biodegradables, y los microplásticos que se desprenden de ellos pueden ser absorbidos por seres humanos y animales. “Un cubrebocas puede generar más microplásticos que una bolsa de plástico”.
En las condiciones actuales, en las que el riesgo de contagio de COVID 19 hace indispensable el uso de cubrebocas, la fabricación de estos productos se incrementó de manera notable, después de las rachas de escasez de hace un año. En la actualidad, se producen tantos cubrebocas como botellas de plástico, es decir, unos 43 mil millones de piezas al mes.
(Con información de El Universal)
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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