BACALAR, QRoo, 25 de mayo de 2019.- La transformación de Chacchoben comenzó con la intervención de la artista y un grupo de promotores culturales, sus resultados hicieron que jóvenes de Xcalak la invitaran a hacer lo mismo en su comunidad. Ella es Carmen Mondragón Orozco, muralista que nació coincidentemente cuando dejó este mundo una pintora y poetiza de vanguardia con el mismo nombre, pero más conocida como Nahui Olin.

Las grandes artistas no tienen parentesco y al parecer nuestra Carmen Mondragón nació con una misión que cumplir.

En medio de los preparativos de la recepción que dan los habitantes de Chacchoben al Rally Maya acepta una entrevista, así nos explica su alentadora experiencia en el desarrollo del proyecto Pueblerismo en esta comunidad y en la de Xkalak. Lamenta el retiro de recursos federales a organizaciones no gubernamentales relacionadas con un trabajo social como el que realiza con el respaldo de la asociación CM Cultura

Dice con seguridad que ella está “a voluntad de la gente, y entre ésta hay quienes nos donan pintura para continuar”, por eso sigue haciendo equipo con el pueblo: amo a mi país y en esta zona urge trabajar por una cultura de paz, dijo.

Su labor, de 2016 a la fecha, con el proyecto Pueblerismo ha sido un gran éxito.

Su genialidad, el muralismo, lo plasma en fachadas de viviendas y además de activar a sus habitantes, logra que el arte se difunda y se valore.

Sumando lo anterior al hermoso patrimonio natural y cultural de estos lugares, dice estar convencida de que Quintana Roo es algo más que mar y playa.

Menciona que es bonito maravillarse de las bellezas de otros países, pero es mucho mejor maravillarnos de la naturaleza mexicana, de nuestra identidad, y, sobre todo, de la gente que vive en esta región.

Asegura que recibir la visita de los participantes en el Rally Maya es un logro de todos: “hicimos atractivo el lugar con el arte y ya ves, llegaron con sus autos clásicos, un verdadero museo itinerante, vineron hasta aquí con su cauda de bellas personas que además ayudan a la comunidad. Cuidan sus autos, pero también se preocupan por ayudar a las comunidades”.

Su arte, está a la vista: fachadas de casas pintadas con temas familiares y definidos con la gente.

“Llegué atraída por la naturaleza y me invitaron a pintar las gradas del domo del pueblo; luego, las mujeres y sus hipiles coloridos me llevaron a pensar en el proyecto de dar más color a la comunidad agobiada por tantos problemas. Hicimos un diagnóstico con respaldo de CM Cultura y obtuvimos recursos federales para desarrollar el proyecto”.

El proceso que no fue sencillo, comenta, “pero vale la pena hacerlo porque se logra luego una participación social para la cultura de paz. La violencia surge también cuando hay pueblos abandonados por las autoridades, y cuando eso ocurre, la comunidad tiene que hacerse responsable de sí misma, ese es el corazón el proyecto”.

En Chacchoben vemos a jóvenes limpiando, trabajando por su comunidad, poniendo a la venta sus productos artesanales, se han rebasado de esta manera los objetivos de Pueblerismo, indica la muralista.

“Activamos la cultura de la paz a partir de su autoestima, del orgullo por su origen maya y mestizo, ese sentimiento se transmite a más personas y así se contrarresta y se previene la violencia que afecta la región y el país”, destaca.

Su intervención en Xkalak, comunidad que tiene enfrente el Arrecife Mesoamericano, fue por petición de los jóvenes que supieron de su labor en Chacchoben.

Es un lugar diferente afectado ahora por el sargazo. Menciona que la respuesta es hermosa, de mucho apoyo porque desean ver bien y tranquila su comunidad pintando historias propias en sus fachadas.

Pero, señala, que también el apoyo oficial es necesario y ve con tristeza que cortan recursos a organizaciones que atienden a comunidades marginadas.

Al recibir junto con la comunidad del maíz colorado a los participantes del Rally Maya, la artista Carmen Mondragón reiteró su convicción y en medio del regocijo dijo: No necesitamos que nos etiqueten como pobres ni fifís, lo que necesitamos es unirnos y trabajar como aliados para prevenir la violencia con el arte, que transforma a las comunidades.