CANCÚN, QRoo, 10 de noviembre de 2019.- Para las personas que viven en otro estado o en el extranjero, Quintana Roo es un verdadero paraíso, algo que la gran mayoría de quienes vivimos aquí, olvidamos.

Visitarlo por tierra, mar o aire es un sueño caro, pero invierten y lo cumplen, y es que la gente se enamora de la belleza de Cancún, de Isla Mujeres, de Playa del Carmen, de Tulum, de Felipe Carrillo Puerto, de Holbox… se enamoran de ese cielo, casi siempre azul, y de la tonalidad turquesa de sus playas, de ese verde brilloso eterno de sus árboles y de sus plantas.

Primero es el sol y playa, con esa arena blanca y pachona los que subyugan sus sentidos, pero los visitantes aprecian la exuberancia de las selvas y sobre todo, la vida: sus jaguares, sus aves y esas iguanas, muchas iguanas, que nada tienen de tímidas, y hasta disfrutan de la rapiña de los cuervos pese a lo caro de su langosta, pescada en Punta Allen, cuando plácidamente se disponían a comerla sentados a la mesa, frente al mar.

A los que aquí vivimos, a veces se no olvida que Quintana Roo además de ser mar y playa, también es calma al mecerse en las hamacas; amaneceres y atardeceres donde se admira la belleza de las lagunas, un lugar donde se mezclan maravillosas culturas, en especial la Maya, cuyos vestigios, como en Tulum, se yerguen retadores milenarios ante el Mar Caribe.

Quintana Roo es también una puerta a sus edificios e iglesias coloniales, que guardan leyendas y secretos bajo lo imponente de sus ceibas y sus manglares.

La sencillez de un Holbox y lo sofísticado o estrafalario de los hoteles de Cancún o la Riviera Maya.

Sitio donde se hacen licores, cervezas artesanales y una muestra gastronómica con todo y Tikinxic, que entremezcla sabores peninsulares con los del centro y norte del país, herencia migratoria.

A pocos metros de sus mares, bajo el azul de sus cielos y el verde de sus selvas, el quintanarroense se vuelve parte del bullicio y por esa inercia ve todo tan común, que a veces no aprecia que vive en un paraíso que muchos quieren conocer y otros añoran, como Paco Calderón, uno de nuestros visitantes que ha regalado a Quadratín Quintana Roo estas fotos.

Como turista para él lo mejor fue Playa del Carmen, a la que reconoce como destino turístico de calidad, con personas cálidas y capacitadas para apoyar al visitante.

De Isla Mujeres destaca las playas donde ha visto el mar más azul de su vida, pero no olvida a Holbox, que le ha dejado en su mente vista infinita al mar turquesa.

Como parques Xel-Há y Xcaret lo maravillaron, y le emocionó que en Quintana Roo, el espectáculo honró a Michoacán, su lugar de origen.

Pero, quizá lo que más le sublimó fue ver la vida en plenitud y el volar libre de pelicanos, pese a que en su estadía, también hubo algo de sargazo.