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CANCÚN, QRoo, 22 de abril de 2019.- El desarrollo de Quintana Roo no ha sido sustentable ni equilibrado: los intereses económicos de desarrolladores inmobiliarios se han impuesto dañando ecosistemas, por lo que está reprobado en esta celebración del Día Internacional de la Madre Tierra.
Autoridades federales y estatales, algunas municipales, encargadas de la protección del medio ambiente han mostrado un deficiente protagonismo en defensa de los ecosistemas, puesto que si son explotados como atractivos turísticos deberían ser protegidos como patrimonio de los quintanarroenses.
La celebración de este 22 de abril es para hacer llamar la atención de todos sobre los graves problemas ambientales que dañan el planeta y promover el equilibrio entre las necesidades económicas y sociales.
Desde la creación de los destinos de Quintana Roo, se ha utilizado la singularidad ambiental para la promoción turística, se ofertan playas blancas, aguas cristalinas, selva, flora, fauna, arqueología maya, un gran cantidad de cenotes… Todos estos recursos naturales son materia prima usada para atraer turismo y son detonador de proyectos como ha sucedido luego de Cancún con la Riviera Maya y la Gran Costa Maya, pero han dejado mucho a desear las políticas para fomentar el equilibrio sería responsable, pensar en su aprovechamiento y también en su conservación para ofrecer siempre a los visitantes, y también a los quintanarroenses, la misma calidad ambiental.
El daño parece ser irreversible: Tulum, Mahahual y Bacalar, son algunos ejemplos.
Y Chemuyil y Chemuliyito la muestra de una autoridad federal que no protege el medio ambiente y si autoriza el daño a 70 especies, algunas en peligro de extinción.
Se habla mucho de manifestaciones de impacto ambiental, de gestión y evaluación ambiental pero los resultados en cuanto a desarrollo sustentable, que tiene que ver con el equilibrio entre lo económico, social y ambiental, está yendo en sentido contrario.
Existe un gran desequilibrio pues se ha privilegiado el componente económico y se ha perdido de vista lo social y, sobre todo, lo ambiental.
La sustentabilidad, que debe ser eje rector del desarrollo parecer solo estar en el papel y los discursos.
Y parecen congeladas las salidas viables para ecosistemas e inversionistas ante políticas que en lugar de integrar dividen y enfrentan.
Cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas no significa que no se contamine. Pese a este panorama se está a tiempo de aprender de los errores para no seguirlos cometiendo, debe revisarse además el modelo de desarrollo turístico, económico, social y urbano implementado en Quintana Roo, sobre todo ahora con el anunciado proyecto del Tren Maya, que hasta Maná ha declarado devastará la selva.
Hay que evitar que se extiendan los daños a nuestra aún abundante biodiversidad de Quintana Roo, y debe empezarse por un efectivo e integral tratamiento de la basura y una cultura que evite, por ejemplo, el daño ambiental que está haciendo estragos en Chetumal o la contaminación del manto freático en Cozumel, donde flotan heces.
Falta mucho por hacer en favor de la tierra quintanarroense y muy poco realizado.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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