Cuida Diego Castañón salud de hombres
CANCÚN, QRoo, 27 de octubre de 2019.- Fue el XXV Encuentro Mariano Diocesano en este destino “sufriente y de prosperidad”, como lo calificó el obispo de la Prelatura Cancún-Chetumal, Pedro Pablo Elizondo, un congreso donde creyentes en Cristo reclamaron vida, paz, tranquilidad y justicia…
Donde un sobreviviente de la guerra de Siria reconoció que nadie quiere al terrorismo y mucho menos el odio y el rencor en el mundo.
Dentro de la nueva evangelización católica, se habló a adultos y jóvenes de drogadicción, homosexualismo, anorexia, bulimia, suicidios y depresión, con valientes testimonios de amor en Cristo de ponentes como el periodista Mauricio Clark que habló de la “neta” de la vida y del engaño que hace pensar a la gente que lo fashion son los likes y salió en defensa de los hermanos LGBTQ quienes cargan su propia cruz y deberán encontrar la verdad.
Fue un encuentro que con la cruz, esa que adoptaron los mayas con su bordados de flores, y que fue reconocida por Pedro Pablo Elizondo como un signo de muerte y resurrección, se cimbró con un salmo cantado con la humildad de Julián Balbuena y conmovió con una oración encabezada por María Dolores Ulloa, viuda del fundador, Fernando García Zalvidea.
El encuentro reunió a creyentes en Cristo extranjeros, mexicanos y quintanarroenses y a los que eran ateos, como el ponente Ricardo Castañón, que estudió hostias consagradas con efusiones de líquido rojizo y se convirtió en creyente, al comprobar en laboratorios que ese líquido era sangre tipo AB, como la de Cristo.
Más de cinco mil personas escucharon la persecución de terroristas a cristianos de Siria, en voz del arzobispo de Alepo, monseñor Antoine Chahda, quien mostró en pantallas gigantescas las huellas del misil que destruyó la catedral de esa ciudad cuando él estaba adentro y narró cómo sobrevivieron cuando les cortaron por cinco años la luz y el agua, quien lamentó que haya padres e hijos sirios separados por la guerra en distintas naciones.
Y que confirmó que islamitas no extremistas y cristianos se ayudan y respetan en esas terribles circunstancias:
“No. Ya no queremos terrorismo ni tráfico de armas, el hombre reclama paz, tranquilidad, amor, justicia…. no un mundo de odio y rencor… dónde está la conciencia del hombre”, cuestionó.
El hermano Xavier Gutiérrez “hablando en cristiano” y aterrizándolo a México reconoció que los sacerdotes, como humanos, también sienten miedo y piden a los feligreses rezar cuando hay cerca narcos.
Lo importante, en este entorno que vivimos, como dijo con una particular ponencia el sacerdote más activo en redes sociales, Guillermo Serra, es dar en la vida el primer lugar a Cristo. Comprometerse a que la higuera seca “ahora sí dé frutos”, como dijo en su sermón vigorozo y convincente, el obispo Pedro Pablo Elizondo, en la celebración eucarística cuyo toque musical lo dio el Grupo Galed.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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