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Respaldan colonos de zona continental obras de Atenea Gómez
CANCÚN, QRoo, 1 de noviembre de 2019.- “Si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis (…) Los hombres inventaron el adiós porque se saben de algún modo inmortales, aunque se juzguen contingentes y efímeros…”, escribió alguna vez Jorge Luis Borges en su Despedida a Delia Elena San Marco, de su libro El Hacedor publicado en 1960.
Texto tan vigente, mientras las personas no olviden a sus queridos difuntos: algunos con fastuosas ofrendas, otros solo con oraciones, de acuerdo a su fe y creencias, respetables todas.
Resalta en estas festividades con olor a dulce de calabaza, buñuelos, mandarinas, cempasúchil, incienso y velas un fragmento de un artículo de la psicóloga y antropóloga española Valeria Sabater, especialista en el conocimiento del comportamiento humano y sus distintas culturas, que nos comparte en la Tarea del Viernes, la periodista Georgina Howard, y nos hace presentes a aquellos que ya no están físicamente, pero que están muy vivos en nuestro corazón y nos dice que vivir es honrar a quien amas.
Porque “si hay algo para lo que no nos prepara la vida, es para la muerte”.
“Nuestro corazón está habituado a aspirar soplos de energía, de vitalidad, de recuerdos felices y alguna que otra decepción.
Ahora bien, ¿cómo asumir el vacío, la ausencia, la no compañía de aquellos que fueron tan significativos en nuestro día a día? Es algo para lo que nadie nos instruye, algo que casi nadie asume que le vaya a ocurrir.
“La muerte es un vacío en el corazón, una herida abierta en el día a día. Irrumpe –a veces– de improviso y sin derecho a despedidas; cuando en realidad, debería ser como un sereno adiós en el andén de un tren.
“Ahí donde –de forma inocente– se permite una última conversación y un largo abrazo.
“No es fácil, nadie nos avisó que la vida iba a traernos esos instantes de dolor (o de alegría, para la creencia de algunos) y, sin embargo, estamos obligados a vivir, porque este mundo es (fiero) implacable: fluye aprisa y casi sin aliento y nos obliga a seguir respirando y latiendo.
“Y no lo dudes, debes hacerlo, por los que ya no están y por ti, porque vivir es honrar a quienes amaste, llevándolos cada día contigo, sonriendo por (ti) y por ellos, caminando por ellos”.
En este Día de Muertos y todos los días “abre tu corazón y date permiso para (perdonarte, tolerarte) seguir adelante, para brillar por ellos (y por ti), en especial en este viernes, Día de Todos los Santos, y este sábado 2 de noviembre, Día de los Muertos (y vivos) en México.
Y como dice un proverbio: “Duerme (todas las noches) con el pensamiento de la muerte y levántate (cada mañana) con el pensamiento de que la vida es corta”.
Quizá así, -recordando nuevamente a Borges- detrás de la despedida trivial e inocente puede estar la infinita separación, pero “si no mueren las almas, está muy bien que en sus despedidas no haya énfasis”.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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