Plan México
¿A quién le besamos los pies?
El capítulo final del tema Tesla en México resultó feliz, y tan pronto se supo que la decisión de la empresa automotriz había sido establecer su séptima planta en México (Sta. Catarina, Nuevo León) se desataron agradecimientos a los supuestos padres de la decisión.
De manera inconcebiblemente irracional y zalamero, Marcelo Ebrard mandó inmediato tweet felicitando al presidente Andrés Manuel López Obrador por haber hecho posible tal oportunidad, a pesar de que el mandatario si algo hizo fue casi conseguir que la decisión se descarrilara por una advertida negativa a que la empresa productora de autos eléctricos se estableciera en Nuevo León.
¿Cree usted que una empresa dispuesta a invertir en una planta en el mundo va a correr el riesgo de darse cuenta luego de poner sobre la mesa cinco mil millones de dólares de que les falta agua? Yo, la verdad, no creo.
Los tweets cruzados de la clase política de variado color que muestran la felicidad que la decisión automotriz les causa lo único que demuestran es su ignorancia y su exacerbado oportunismo político. No escatiman esfuerzos para el quede bien en favor de su arribismo.
Si Tesla llega a México es porque en nuestro país ya está funcionando un ecosistema productor de autos ligeros que es considerado de los más importantes en el mundo. En nuestro territorio, por ejemplo, están 450 de las 500 firmas productoras de autopartes más importantes del mundo, y por ello ya somos el complejo productor de autopartes más relevante para las plantas productivas de autos y camiones de la Unión Americana.
Somos el quinto productor de autos y el cuarto exportador de vehículos a nivel mundial. Con el millón de autos que Tesla piensa construir en nuestro territorio avanzaremos hacia el cuarto sitio como productor automotriz.
Si hoy somos un variado y extenso cluster automotriz es porque a lo largo de varias décadas, desde los años cuarenta, comenzaron a agregarse en nuestro territorio empresas relacionadas con la producción de autos. Se dejaron expresar políticas públicas entre los estados que hicieron lo que tenían que hacer para atraer inversiones extranjeras en la especialidad y alinearon voluntades en otras áreas que dieron como consecuencia la presencia de mano de obra de alto grado de calificación relacionada con la industria de la que estamos hablando.
México es un polo de desarrollo automotriz muy destacado desde antes de que Andrés Manuel López Obrador llegara a palacio nacional y además, está situado muy cerca de uno de los mercados más importantes en la rama automotriz con destacadas marcas y procesos de manufactura importante.
En territorio nacional trabajan 38 plantas industriales relacionadas con la fabricación de autos que ahora tendrán que ser sujetas de una reconversión muy trascendente si queremos facultar a esas cientos de empresas productoras de autos y de autopartes a que modifiquen o adapten sus instalaciones para la producción de autos eléctricos como será el nuevo paradigma de esa industria a partir de los años 30 del siglo actual. Estamos a seis años acaso de que la mayor parte de las marcas de autos ofrezcan al mercado global solo autos eléctricos.
Sí. Cerramos el ciclo de la producción de autos de combustión interna para incorporarnos al nuevo paradigma automotriz eléctrico sin problemas.
Viene una planta Tesla de dimensiones gigantes. Para que usted tenga una idea de qué dimensiones estamos hablando: una de las Gigafábricas de Tesla y no la más grande, tiene una dimensión que tan solo en la parte productiva (sin considerar estacionamientos, recepción y las facilidades para alimentación y descanso de los trabajadores) sería capaz de trazar 21 campos de fútbol americano al lado de otro. Facilidades de Tesla de estas dimensiones la empresa solo las encuentra en Alemania y en China. Las demás se encuentran en territorio de Estados Unidos (Búfalo, Nevada, Texas).
Así es que, felicidades México. La llegada de Tesla facilita mucho la llegada de otras empresas del ramo al territorio nacional y recuerda que por algo México es uno de los países que mejor puede desempeñar su función en favor de la producción de autos a nivel mundial.
Por cierto… México vive los efectos de lo que pudiera calificarse como el Mexican momentum. El anuncio de Tesla coincidió con un fortalecimiento muy importante del peso que hace pensar en que México se pone de moda a nivel mundial y que un próspero futuro nos espera en lo que resta del año y del sexenio. Nada de eso. Hay que tener cuidado con los arranques de optimismo. Quien diga que la relación del peso con respecto al dólar demuestra el fracaso de 40 años de neoliberalismo rapaz como lo hace Jenaro Villamil, fanático y colaborador de Andrés Manuel López Obrador debe mejor cerrar la boca para no exhibir su profunda ignorancia en temas financieros.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo
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