Universo Pyme
¿Pero qué necesidad?
El Presidente de México se ha puesto los guantes de box y se dice dispuesto a actuar en caso de que en la Unión Americana gane la gestión de que, al declarar a los grupos de delincuencia organizada relacionados con la producción, distribución y venta de drogas en México como grupos terroristas, haya posibilidades de que el ejército estadounidense intervenga en nuestro territorio con pretexto de combatir a estas organizaciones.
La promoción de esta posibilidad la encabezan, fundamentalmente, grupos vinculados al Partido Republicano. El Congresista Dan Crenshaw, Texano que se ha burlado de la política del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la política mexicana adoptada de abrazos y no balazos y promueve la posibilidad citada en el párrafo anterior.
No está en el ánimo del presidente Joe Biden la idea injerencista, pero indudablemente existe en parte importante de la población estadounidense la idea de que México es el patio trasero de la Unión Americana y que para resguardar la seguridad de su territorio tienen que reforzar la frontera, endurecer sus políticas e intervenir como llegue a ser necesario, incluyendo el realizar acciones armadas contra los narcos.
Lo que desean es reducir al máximo posible el número de muertes que por el consumo de drogas con fentanilo se han producido recientemente a ritmos de 70 mil por año. No pocos jóvenes fallecidos o narcodependientes son de origen mexicano.
Para acabarla de amolar, como decimos en México, recientemente cuatro ciudadanos norteamericanos fueron secuestrados por grupos criminales en Tamaulipas; dos de ellos fueron localizados sin vida y dos mas fueron rescatados, una de esas personas con heridas.
Ciertamente esos jóvenes como inicialmente se les calificó, no eran hermanitas de la caridad ya que de los cuatro tres de ellos tenían antecedentes penales y habían pisado ya cárceles por situaciones que involucraron comercio y consumo con drogas.
No obstante es de lamentar que ese tipo de situaciones se presenten con norteamericano o mexicanos o cualquier otra nacionalidad. En México no hemos avanzado en la seguridad y el territorio entero del país está siendo sujeto de amenazas constantes por parte de grupos de delincuencia organizada.
La política de seguridad nacional en relación con los grupos de narcotraficantes sigue dando muestras de ineficiencia y cada día con mayor claridad hay evidencia del poder del narco en la vida económica, política y social de México.
La forma en que se ha decidido enfrentar esta crisis da mucho que pensar en que el Gobierno Federal tolera la acción del narcotráfico en México. Hemos dado pretexto ideal para que los grupos de extrema derecha en Estados Unidos incuben la idea de que su país deba de intervenir militarmente para matar a los grupos que se dedican al narco.
Aunque en su visión nacionalista el Presidente de México tiene razón al mencionar que nuestro país no estaría dispuesto a permitir intervenciones militares en nuestro territorio bajo ningún pretexto, lo cierto es que tenemos que reconocer que no hemos combatido con eficiencia esa calamidad que sigue causando miles de muertes en el país, muchas más de las que se registran en Estados Unidos por abuso en el consumo de drogas.
El duro discurso presidencial mexicano en contra de las ideas de intervención militar estadounidense en nuestro territorio colinda con otras realidades que nada tienen que ver con la producción de estupefacientes y produce un escenario en el que la relación entre México, Canadá y Estados Unidos no es nada buena y toca el terreno de lo que comienza a ser francamente malo.
México sostiene, además del mencionado, puntos de conflicto importante con Estados Unidos que tienen que ver con la aplicación de políticas públicas en materia de energía y en específico la producción de energía limpia por parte de particulares así como de la futura importación de maíz transgénico lo que ha motivado ya, en el primer caso, largas pláticas entre México, Canadá y Estados Unidos para encontrar respuestas a la negativa de nuestro país de permitir la intervención de compañías extranjeras en la venta de energía bajo procesos limpios de su producción.
Ahora también tanto Estados Unidos como Canadá convocan al recurso de diálogo para tratar de encontrar, bajo las dinámicas de solución de controversias estipuladas en el TeMec una forma de llegar a algún acuerdo que para los dos temas se antoja muy, muy poco probable.
Y es cuando uno se llega a preguntar que qué necesidad tenemos de ahora subirnos al ring vía la figura presidencial para liarnos a un duelo de amenazas y advertencias cuando una de las partes es un Presidente y del otro lado un congresista.
Son pesos distintos. ¿Qué necesidad?
En un escenario complejo se pone en riesgo lo que ahora bien funciona y que también comienza a desacomodarse.
Mire estas cifras tomadas de las estadísticas oficiales estadounidenses. Entre 2013 y 2022 las exportaciones totales de México hacia Estados Unidos alcanzaron un total de 3 trillones 341 mil 755 millones de dólares americanos.
En ese comercio bilateral, entre México y Estados Unidos México, nuestro país, obtuvo un superávit comercial por 829 mil 540 millones de dólares americanos. Tan solo entre diciembre del 2018 y diciembre del 2022 este superávit comercial superó los 457 mil 611 millones de dólares.
Pero hay otra cifra más relevante que debemos de atender. Nuestras exportaciones a Estados Unidos sumaron entre diciembre del 2018 y diciembre del 2022 un trillón 546 mil 125 millones de dólares.
Esa cantidad, enorme, representa ingresos directos a nuestra economía y soporta empresas y millones y millones de empleos tanto en nuestro país como en otros.
Es ahora la turbina principal de nuestro país y abre las puertas a pensar en que tenemos que comenzar a actuar como región en beneficio de atender los retos que lo global exigen en nuestros tiempos.
Entre ellos, aunque ya escapa al propósito de esta columna, está el observar cómo impacta a los mercados globales la quiebra del Banco Sillicon Valley que sin duda puede abrir la puerta a una enorme crisis global.
Recuerde que el mecanismo económico-financiero global que funciona hoy se diseñó a mediados del siglo anterior ante circunstancias mucho muy distintas a las que hoy existen. Una ficha que cae sobre otra puede tener consecuencias que posiblemente ni siquiera somos capaces de imaginar.
Una ficha empuja a otra y así sucesivamente puede producirse una crisis global de dimensiones enormes, una crisis global que sería equivalente a un tsunami con olas de cuentos de metros de altura.
Ya se temen baños de sangre en los mercados financieros. Ya veremos si este asunto amerita la siguiente semana nuestra explicación de lo que esto representa para México y el mundo o puede representar si se sigue descomponiendo el escenario.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo
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