Visión financiera
* Pobre México
No es México pobre, es pobre México.
Inconcebible que en 2023 nuestro país siga arrastrando rezagos sociales que debió haber superado varias décadas atrás. Ahora que va a iniciar la época de las promesas; de los “me comprometo”; de las acusaciones entre políticos, vale tomar en cuenta los rezagos sociales que se han consentido y que hacen que nos preguntemos la o las razones por las cuales los gobiernos federales recientes no comprometieron su acción para revertir realidades inconcebiblemente presentes en nuestra realidad.
No hablemos, al menos por ahora, de la pobreza o de la injusta distribución del ingreso: hablemos de nuestro futuro, del México del mañana, de cómo estamos atendiendo al que será el futuro nacional. De nuestros niños.
Hace un año, datos del Coneval denunciaron, la sola publicación es una denuncia en sí, que en el país había 89 mil escuelas sin drenaje; 39 mil 568, sin agua potable, y 9 mil 989 sin energía eléctrica.
¿Le hace sentido?
Mientras tanto el analfabetismo funcional, el que hace que el mexicano o mexicana pueda desempeñar la lectura o escritura hasta determinado nivel pasó de 25.8 por ciento en 1970 a 4.7 por ciento en 2020. Ha habido avance indudablemente pero el asunto es que resulta también imposible de tolerar que en 1970 tal cantidad de mexicanos fuera analfabeta y que a más de un siglo de la Revolución Mexicana el nivel de analfabetismo haya sido tan consentido, tan tolerado en nuestra realidad social.
Los datos no han sido actualizados en la estadística oficial o en la valoración de la política social como lo hace regularmente y de manera muy precisa el Coneval o bien la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Es muy poco probable que la realidad haya cambiado en los estados que se reportan con mayor rezago en las instalaciones de sus planteles educativos.
La entidad con mayor rezago, coinciden todos los reportes consultados, es Oaxaca, donde hay 14 mil 142 escuelas y 70 mil 719 maestros de un total nacional de 157 mil 220 planteles en el país, tomando en cuenta las escuelas primarias, 95 mil 699; las 40 mil 578 secundarias, y las 20 mil 943 escuelas de nivel medio superior.
La CNDH habla de 42 por ciento de escuelas sin drenaje; 23 mil 283, sin instalaciones de baño, y 20 mil 111 sin luz eléctrica. En Chiapas, 15 por ciento de las escuelas no tenían electricidad, y 15.4 por ciento no contaban con sanitarios; 9.3 por ciento, sin agua, y 8 por ciento sin drenaje.
La pregunta es ¿cómo es posible que se haya consentido el que esta realidad continuara vigente en el país? ¿Cómo se permitió que en México siguieran existiendo planteles públicos sin drenaje, agua, baños, escritorios para los maestros, pizarrones (9.1 por ciento de las escuelas a nivel nacional), ni muebles para los estudiantes en 14.7 por ciento de los casos?
Si un Presidente hubiese tomado esta realidad como un reto extra de su función pública es posible que hubiese cambiado no posiblemente en un año o dos pero sí en una administración sexenal. ¿Cómo pudieron no reaccionar ante estos números?
Existiendo ahora las tecnologías, pudiendo hacer una convocatoria pública, habiendo convocado a las grandes empresas para que ayudaran al reto, teniendo la facultad de hacer un llamado nacional a que revirtiéramos esa realidad, ¿por qué no hicieron nada para que las cosas en ese ámbito cambiaran? No lo hizo este gobierno que pugnó por gobernar primero para los pobres “por el bien de México”, pero tampoco los anteriores.
¿En serio?
Las opiniones y conclusiones expresadas en la columna son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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