Visión financiera
Qué tanto es tantito más
El presidente AMLO ya pasa a la historia, en las páginas de lo bueno durante su gestión, por haber sido el mandatario que más contribuyó al fortalecimiento del poder adquisitivo del salario mínimo.
En cinco años, la inyección al poder de compra del Salario Mínimo General (SMG) en el país (no en la frontera) ha ganado más de 100 por ciento en términos reales. Es decir, el salario mínimo ha crecido más de lo que la inflación lo ha hecho y falta el sexto y último año de gobierno de la presente administración.
Aquí el Presidente se la quiere jugar fuerte porque sabe que un “aumento sustancial” puede representarle votos en 2024 y va por ellos indudablemente.
Y ya inició el “estira y afloja”. Los patrones ponen sobre la mesa un 12 por ciento de incremento, lo que implicaría un alza casi tres veces mayor a lo que se espera de inflación al término de 2023, de 4.5 por ciento, aproximadamente. El Gobierno pretende 25-26 por ciento.
Aun si quedara el 26 por ciento de aumento, el SMG aún no sería capaz de comprar dos canastas básicas familiares con el ingreso mensual. Le faltaría efectivo para hacerlo. Los defensores de que el salario mínimo derrote a la pobreza señalan que el 26 por ciento es lo que se necesita para que el poder adquisitivo del mínimo se acerque más a la compra de dos canastas básicas, lo que pudiera suceder en el 2025.
No obstante, el Presidente no está conforme con la idea de un 12 por ciento de aumento y sabe que entre más obtenga en porcentaje más elementos le dará a su pupila Claudia para que durante la campaña en pos de la Presidencia el asunto se ponga sobre la mesa y haya más voluntades que “agradezcan” el esfuerzo político mediante un voto a Morena durante el 2024.
La historia del deterioro del poder de compra del salario mínimo en México inicia en los años ochenta. Durante 40 años, el SMG en el país habría perdido más de 80 por ciento. La relación de sexenios en los que el mínimo perdió frente a la inflación es grande. Con Ávila Camacho, el poder de compra del salario cayó 41 por ciento; con Miguel de la Madrid, 42 por ciento; con Zedillo, 23.8 por ciento. Con Peña Nieto el salario perdió 23.8 por ciento.
Lo importante no es cuánto incremente el salario durante un sexenio, sino que el salario crezca por sobre la inflación. Por ejemplo: ¡Con MMH el salario creció 22 veces! Impresionante, pero si tomamos en cuenta que la inflación creció 40 veces, el asunto ya no tiene la misma cara.
Durante el sexenio de López Portillo, el salario aumentó 363 por ciento, pero la inflación lo hizo en 417 por ciento. Mientras más crezca el índice inflacionario o hayan aumentado los precios, sobre todo de los básicos, menor capacidad de compra acabará asumiendo el trabajador. Salvo en pocas ocasiones, el Salario Mínimo General sube una vez por año mientras que la inflación incrementa a lo largo de 365 días. La capacidad de compra del SMG en enero ya no es la misma a finales de diciembre del año.
El salario en la frontera, hasta el 2023, ha crecido 253 por ciento y en el resto del país 134.6 por ciento. Según cuentas de este colaborador, el salario ya ha aumentado, en términos reales, 107 por ciento, sin tomar en cuenta la inflación de 2023, que posiblemente se estacione en 4.5 por ciento al final del año. Dando por cierta la estimación, la recuperación adquisitiva del mínimo superaría por poco el 100 por ciento.
El Presidente y los suyos van por un porcentaje mayor al 20 por ciento porque saben que tiene una veta electoral relevante y se ajusta al compromiso de beneficiar a quienes menos tienen. La estadística oficial señala que aproximadamente 6.3 millones de mexicanos tienen que ver con un salario mínimo como ingreso mensual. Otras cifras estiman que la cantidad de asalariados con ese sueldo es sustancialmente menor. Aunque el punto es de relevancia, no central en el tema del poder de adquisición del SMG.
Según la Enoe del Inegi, La encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del primer trimestre del 2023, el 47 por ciento de los asalariados tiene un ingreso hasta de un salario mínimo. Según el documento solo el uno por ciento de los asalariados tienen ingresos superiores a los cinco salarios mínimos. Lo traigo a colación porque se trata de datos oficiales.
El 39 por ciento de la población que trabaja en el país no puede adquirir con su salario las dos canastas básicas familiares recomendadas para abatir la pobreza, según Rogelio Gómez Hermosillo, coordinador de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza.
Esto indica indudablemente que el problema de la pobreza y pobreza extrema no será solucionado con aumentos al SMG, sino con una serie de componentes que tienen que presentarse de manera simultánea para tener los resultados que se buscan en la lucha por combatir eficientemente la pobreza, la pobreza extrema y la inequitativa distribución de la riqueza en el país.
La moneda en el aire. Yo apuesto que el incremento del SMG del 2024 será superior al 22 por ciento, aunque haya empresas a las que se les complique mucho pagarlo, porque el tema no es solo el efectivo quincenal o semanal que se paga, sino el aderezo de beneficios que trae aparejado el Salario Mínimo. Ya veremos.
Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.
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