Universo Pyme

CIUDAD DE MÉXICO, 9 de abril de 2024.- Los mexicanos quedamos particularmente impactados y con un mal sabor de boca luego del primer debate, “debate” entre quienes aspiran a gobernar el país en los siguientes años.

Fallas en el formato caracterizado por una excesiva fragmentación de tiempos en donde el reloj regresivo acabó siendo el protagonista que dominó el ejercicio de confrontación de ideas.

Los temas eran muy importantes como para echarlos a perder con ataques personales.

No hubo un diagnóstico medianamente destacado de ninguno de ellos en ninguno de los cinco temas anotados para atender.

El formato acordado entre el INE  y los partidos políticos en él representados quedó atrás de lo necesario.

Más preocupado por una higiénica equidad en el uso del tiempo que en el conocer la visión de los candidatos sobre los temas acordados.

La fragmentación exagerada de los tiempos se comió la dinámica de los temas a abordar.

Si son sensatos, los partidos políticos y el propio INE debieran ejercer cambios para el segundo debate y los mexicanos nos hacemos a la idea de que ya perdimos las consideraciones de diagnóstico y pronóstico de los temas que eran  los puntos de atención en el debate del pasado domingo.

Sin valoración correcta, cualquier solución a cualquier tema queda coja.

Quien acabó siendo la beneficiaria de un formato que propició al aburrimiento de la dinámica fue la pupila de AMLO con gesto adusto la mayor parte del tiempo que hace evidencia su falta de empatía ante determinados temas, la mayor parte de ellos.

En fin. Nos quedó a deber el formato… y los aspirantes hicieron lo propio, honestamente.

Reproducción autorizada citando la fuente con el siguiente enlace Quadratín Quintana Roo.

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